
Bucaram: “Hare vida politica porque soy patrimonio del pueblo”
El exmandatario dice que volverá con el látigo contra la corrupción
Se le quebró la voz en varias ocasiones. Abdalá Bucaram repasó, vía Skype, los detalles de su anunciado regreso al país tras 20 años de ausencia.
Empezó hablando de su salud y las perspectivas de futuro. Recordó que lleva un marcapasos y que sus amigos lo ayudaron a pagar esa operación. “Estoy más vivo que nunca, estoy bastante sano y haré vida política porque soy patrimonio del pueblo del Ecuador”, dijo.
El expresidente de la República llegará, el sábado 17, al Puerto Principal, a las 16:30. Estará en la parroquia Febres Cordero y recorrerá en auto 15 kilómetros de los Guasmos. Espera la compañía de un 1’000.000 de personas.
“Estoy feliz de volver a mi patria, a la política, a mi música, a mi esposa. Los políticos hacen política por ambición, poder y predominio. Yo lo hago por servir al pueblo”, aseguró.
Él confirmó que pidió una indemnización de 200 millones de dólares. “Es la demanda que hice ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos contra el Estado ecuatoriano. Estamos esperando su resolución”, explicó a los periodistas.
Bucaram, quien dejó el país en medio de escándalos de corrupción y fue procesado por peculado, cree que Ecuador es un país diferente al que dejó. “Es un país quebrado, con las instituciones acabadas y sin libertad de expresión”, dijo.
Aun así se mostró confiado en el nuevo Gobierno. Bucaram cree que Lenín Moreno es un hombre diferente, que podría organizar la política y recobrar la institucionalidad del país. Le recomendó, por ejemplo, acabar con el Consejo de Participación Ciudadana y “tirar a la basura la Ley de Comunicación”.
Aunque también tiene dudas. “Veo que los corruptos tratan de forzar la caída del presidente Moreno. Tengo temor por su vida y por la mía”, enfatizó. El exmandatario advirtió que llegará con el brazo extendido porque no es momento de pelearse con nadie y con el látigo para luchar contra la corrupción, dijo.
Lo primero que hará será visitar la tumba de su hermano Adolfo. “Me quitaron 20 años de mi vida, la mitad de la vida de mis hijos y toda la vida de mis nietos”, dijo.