
Bastiones que se van diluyendo
Tras los comicios, las organizaciones políticas evalúan los aciertos y errores que tuvieron en las regiones y provincias en las que habían alcanzado prominencia
Hegemonías que se van perdiendo. Los resultados de las últimas elecciones pusieron en evidencia una realidad: algunas organizaciones políticas han perdido fuerza en sectores que, otrora, fueron sus ‘bastiones electorales’.
Aunque se podrían mencionar varios casos, a raíz de los comicios del 19 de febrero, llama la atención lo sucedido con el Partido Sociedad Patriótica (PSP) en la región Amazónica; Pachakutik en las provincias de la Sierra central y Unidad Popular (ex MPD), en Esmeraldas.
En 2002, año en el que Lucio Gutiérrez corrió y ganó la presidencia de la República, la agrupación llegó a tener una votación que, en promedio se ubicó en el 75 % (en la segunda vuelta frente a Álvaro Noboa) en provincias como Napo, Pastaza, Morona Santiago y Sucumbíos.
Ya para 2013, el mismo Lucio alcanzó entre el 10 % y el 15 % de las preferencias en esta región. En las últimas elecciones, el promedio amazónico supera, con escasas milésimas, el 2 % con Patricio Zuquilanda como candidato a la presidencia.
¿Qué ha generado este desgaste? Para Gilmar Gutiérrez, director de Sociedad Patriótica, es muy temprano para evaluar las últimas elecciones, pero esgrime una razón: “Hemos sido objeto de una persecución sistemática desde el poder. Con decir que hasta ahora no recibimos los recursos del Fondo Partidario y eso nos afecta gravemente”, dijo a EXPRESO.
En las filas de la Unidad Popular (UP) -antes Movimiento Popular Democrático (MPD)- todavía no se ha hecho un análisis de los resultados electorales, especialmente en Esmeraldas, adelantó a este Diario, Ernesto Estupiñan. Él fue alcalde de esta ciudad y candidato a asambleísta en las últimas elecciones.
Como MPD tuvieron la prefectura y la alcaldía de la capital provincial por casi 14 años (desde 2000). En 2009 alcanzó su última curul legislativa con Línder Altafuya. En la actualidad, la Unidad Popular mantiene a la prefecta Lucía Sosa como la representante más visible en Esmeraldas.
Estupiñán no ingresó a la Asamblea. Él no cree que los partidos que han ganado espacio en la Provincia Verde lo hayan hecho por méritos propios. “El mismo fraude que se está denunciando a escala del país sucedió en Esmeraldas. Hay que reconocer que fallamos en el control electoral, en eso nos descuidamos”, dijo el exalcalde a EXPRESO.
Más dispuestos a reconocer desaciertos se muestran en Pachakutik. Aunque el movimiento indígena logró cuatro escaños “puros” para el periodo legislativo 2017-2021, no ha dejado de analizar qué está pasando en las provincias que consideran sus bastiones naturales.
Una de ellas es Cotopaxi. En la Asamblea saliente hay dos representantes de esta provincia: César Umajinga y Lourdes Tibán, quien entró como asambleísta nacional con alta votación en la Sierra centro. Hoy tendrán un solo representante de allí: Jaime Olivo.
Cecilia Velázquez, subcordinadora de Pachakutik, considera que la fuerza política sigue siendo importante pero repasa los errores. “En Azuay no presentamos candidaturas por líos internos; en Bolívar la dirigencia provincial falló en la elección de candidatos; y en Tungurahua fuimos cuartos, lo que es un resultado interesante. En Cotopaxi nos mantenemos”, resumió.
El reto para las organizaciones políticas es recuperar, en las elecciones seccionales de 2019, el espacio perdido. Para eso, dicen que empezarán a trabajar desde ahora.
La lucha por nuevos nichos electorales
n La nuevas organizaciones políticas también buscan establecer su presencia en diferentes provincias o ciudades con un fuerte electorado.
Ese es el caso de Fuerza Compromiso Social, liderada por el manabita Iván Espinel.
Justamente su pertenencia a esa provincia hizo que el excandidato a la presidencia centre parte de su campaña en ese sector del país.
Algo similar, pero en la Sierra, busca el exfiscal general del Estado, Washington Pesántez, para posicionar a su movimiento político Unión Ecuatoriana.
Oriundo de Alausí, su discurso se basó, en gran parte, en resaltar sus primeros años de vida en Chimborazo y su trabajo como docente en varias escuelas ubicadas en el campo de la serranía.