Cuenca. Los pasajeros dejaron con urgencia el avión, acogiéndose a las medidas de evacuación establecidas.

Avion de Tame sufre incidente sin heridos

El accidente de la aeronave de Tame afectó las operaciones en el aeropuerto Mariscal Lamar, que debió cerrar sus operaciones hasta las 18:00 de ayer. Muchos pasajeros se vieron obligados a buscar conexiones terrestres, en especial hacia Quito, para pod

No hubo heridos. Un estruendo asustó a pasajeros de una aeronave de Tame que llegaba desde Quito a Cuenca, ayer, a las 07:53. El avión perdió pista y por poco se salió hacia la avenida Núñez de Bonilla, cabecera sur del aeropuerto Mariscal La Mar. Era el vuelo 173, con 86 pasajeros.

A esa hora llovía intensamente y la aeronave, un Embraer 190, no alcanzó a frenar, llegando a la zona de amortiguamiento para quedar con el fuselaje sobre el muro de ladrillo en lo que es el cerramiento del aeropuerto.

Los pasajeros fueron auxiliados de inmediato por personal de emergencia del aeropuerto, luego del desembarque por las puertas de auxilio. Dos de ellos con golpes menores y una luxación de tobillo, según reveló inicialmente un socorrista.

“Fue horrible. Gracias a la buena maniobra del piloto no hubo desgracias mayores”, expresó uno de los pasajeros que omitió su nombre, denotando en su rostro el susto.

Tras el incidente, él y los otros 85 pasajeros caminaron algo más de 700 metros desde el sitio donde quedó el aparato hasta la sala de desembarque, en las instalaciones del campo de aviación.

La lluvia continuaba y los viajeros fueron formando grupos de tres y cuatro personas para, entre ellos, darse valor y salir del espanto. Se comunicaban con sus familiares y amigos a través de celulares mientras fueron llegando bajo techo para protegerse de la lluvia y aguardar la entrega de sus maletas.

“El avión se movía de lado a lado, no tenía estabilidad, era como si derrapara, tambaleaba fuerte, parecía que no tenía frenos; nos pedían tranquilidad, era muy feo, pensé en lo peor”, decía una pasajera a través de un celular a un pariente suyo, anotando que “todo ha pasado” y que regresaría a Quito el domingo.

Cerca al sitio donde quedó la aeronave, avenida Núñez de Bonilla, vecinos del barrio y curiosos se agolparon entre comentarios y conversaciones. “Fue muy peligroso. ¿Qué hubiera pasado si el aparato caía sobre las viviendas cercanas, sobre transeúntes”, se preguntaban.

Mientras la longitud de pista del nuevo aeropuerto de Quito es de 4.098 metros y la de Guayaquil es de 2.790, la del aeropuerto de Cuenca tiene apenas 1.900 metros.