Con el aseo se respeta a uno mismo y a los demas

Como lo reseñó EXPRESO, en la India, los pasajeros de un bus bajaron a un hombre por el mal olor de sus pies; tan irresistible era la “pecuaca o pezuña” que todos terminaron en una comisaría.

En nuestro medio también hay pasajeros con un “grajo o golpe de ala” tremendo en las axilas; siendo baratos los desodorantes, deberían tener los “sobacos perfumados” como decía el inolvidable don Buca. Asimismo, hay quienes que , aunque se bañen, se ponen la misma ropa sudada, sin lavar, solo “oreadita” y llenan el ambiente de un olor rancio y agrio.

Acá no vamos a llegar al extremo reseñado, pero los desaseados o “puerquinhos” deberían tener consideración y respeto a los demás.

Miguel Ulloa Paredes