Adelante Universidad
El Gobierno quiere tomarse a toda costa la Universidad Andina, o sacarla del país si no lo logra. Sus voceros no se cansan de proclamar irregularidades en la designación de su rector y en su funcionamiento. Utilizan pretextos, y difunden la demanda de que la normativa que regula su funcionamiento debe sujetarse a las disposiciones legales del país. Para el régimen no tiene sentido el referente regional por el que se rige esa casa de estudios y, tanto el presidente como sus funcionarios cercanos, exigen para sí su control absoluto y su manejo excluyente.
La actitud oficial ha generado un rechazo notorio, y cada vez más activo, de importantes núcleos de académicos, y de una comunidad estudiantil y docente para la cual la Ley de Educación Superior tiene, encubiertos en oropeles declarativos, objetivos orientados a desarticular y a cooptar una de las dinámicas fundamentales para el funcionamiento de la sociedad: la del pensamiento y desarrollo científico.
Este proceder refleja una lógica que va del autoritarismo más primario a un abierto totalitarismo. Desconoce la historia, y desprecia la riqueza del acontecer universitario que ha visto desfilar hechos significativos y nombres relevantes.
La universidad ecuatoriana se ha levantado en contra de las dictaduras que intentaron acallarla. De sus aulas surgieron decididos luchadores que enfrentaron, con sacrificio y decisión, a las fuerzas represivas que la invadieron y la ocuparon. Varios dirigentes de esos centros de estudio fueron a parar a la cárcel por defender la integridad de la ‘alma mater’ y la autonomía; y ha sido prolífica la galería de heroicidad de directivos como Alfredo Pérez Guerrero, Manuel Agustín Aguirre, Fortunato Safadi, Edmundo Durán Díaz.
Ese honor ancestral, guardado con celo y orgullo por la Universidad Andina, hoy quiere ser pisoteado por la soberbia de caudillos, que parecen sumarse al coro de los Millán Astray cuando, en octubre de 1936, entraron a la Universidad de Salamanca gritando “Muera la intelectualidad traidora, viva la muerte”.
colaboradores@granasa.com.ec