Quito

Cumbayá estudiantes
La iniciativa fue parte del programa de Participación Estudiantil.Foto: cortesía / Ministerio de Educación

El tren de los sueños partió desde Cumbayá y llegó con cuentos a Tumbaco

Estudiantes crearon sus propios relatos y los llevaron a escuelas de Tumbaco

Despertar la imaginación y fortalecer el hábito de la lectura son las principales consignas de el tren de los sueños, un proyecto que llevó historias, valores y alegría a niñas y niños de comunidades rurales de la parroquia de Tumbaco, ubicada al oriente de Quito.

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Durante varias semanas, 30 estudiantes de Bachillerato de la Unidad Educativa Fiscal Cumbayá crearon sus propios relatos, los ilustraron, los convirtieron en guiones teatrales y les dieron vida a través de teatrinos, sombras chinas, marionetas y presentaciones escénicas.

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Cargaron esas historias y las llevaron hasta escuelas fiscales como la Isaac J. Barrera, Gustavo Vallejo y Zamora Chinchipe, en Tumbaco, donde compartieron sus creaciones con niños que no suelen tener este tipo de actividades.

Una de las paradas más memorables fue en San José del Tablón Alto, donde cerca de 20 niñas y niños disfrutaron de las presentaciones. 

Allí no solo hubo cuentos, sino también danzas tradicionales y dinámicas sobre alimentación saludable, todo ideado y presentado por los propios estudiantes. En ese escenario rústico y con pocos recursos, la lectura, el arte y el juego se convirtieron en puentes entre realidades distintas.

Aprender enseñando

Patricio Moreno, subsecretario de Educación de Quito, asistió a una de las jornadas y destacó la importancia de estos espacios. “Nos visitan jóvenes que escriben, cuentan y actúan para otros niños. Son estudiantes que están sembrando algo valioso: el gusto por la lectura y la conexión con la comunidad”, dijo.

El tren de los sueños forma parte del programa de Participación Estudiantil, en donde las matemáticas se mezclan con la ciencia, la escritura creativa con el trabajo en equipo, y la empatía con el arte. La idea surgió dentro del plantel, pero fue moldeada por las manos y voces de los estudiantes, de acuerdo con la información del Ministerio de Educación.

Para Lloheni Quinga, estudiante de la Unidad Educativa Cumbayá, esta experiencia le permitió aprender a trabajar en equipo y conocer otras instituciones. “Nos sentimos felices de participar en esta actividad, compartir nuestras historias y hacer sentir a los niños que no están solos”.

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