Observar toda clase de vehículos que emanan humo negro o provocan un excesivo ruido en las vías, es una escena que se repite con frecuencia en Guayaquil y Quito, las principales ciudades de Ecuador, que comparten una problemática que hasta el momento no tiene solución.

“La Rumichaca (centro de Guayaquil) es la calle más afectada por la contaminación. Los buses que pasan a diario por ahí nos ahogan con su humo negro”, reclamó Yadira Contreras, comerciante que de forma habitual transita por el centro del Puerto Principal, una de las zonas más afectadas por la contaminación vehicular.

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En Quito ocurre algo similar. “Caminar por la calle Necochea es de valientes, ni se diga vivir ahí”, comentó David Cajas, quien reside en la zona, considerada uno de los mayores focos de contaminación generada por la actividad vehicular en la capital.

Para Paolo Celleri, experto en temas de tránsito y medio ambiente, la contaminación es mayor en el Puerto Principal, pero se evidencia más en Quito. “En Guayaquil se genera más, pero en Quito se dispersa lentamente por la topología y el clima. En la Sierra es como estar en una olla porque los vientos no ayudan a circular y se asienta más la contaminación; mientras que en Guayaquil se genera más, pero se mueve durante el día”, explicó a EXPRESO el director ejecutivo de la Corporación IPX, una empresa especializada en monitoreos ambientales en Lima.

Según varios especialistas consultados, algunos de los puntos detectados con mayor problema de contaminación ambiental en Guayaquil son las calles Francisco de Orellana, Rumichaca, el bulevar 9 de Octubre y la avenida Machala.

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Y en Quito, según el informe de la Secretaría de Ambiente, la Necochea (sur), los alrededores del colegio San Gabriel (centro-norte) y Cotocollao (norte).

Al ser el parque automotor el responsable de la mayor polución en la capital, Rasa Zalakeviciute, docente e investigadora de la UDLA, apunta a varios motivos. Uno de ellos es la calidad del combustible. “En el mejor de los casos, estamos en la norma Euro cuatro, mientras que en Europa están en la 7”, sostuvo.

La altura es otro factor que influye. Juan Sebastián Proaño, ingeniero mecánico de la Universidad San Francisco de Quito, indicó que la altura hace más complejo un adecuado funcionamiento de autos con gasolina.

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Que cada año la polución se incrementa en relación al año anterior y que poco o nada se hace por acabar con el problema, es en lo que coinciden los consultados, que sugieren medidas que incluyen desde ser más estrictos en los controles hasta que las personas generen cambios que tengan que ver incluso con la forma de conducir.

De acuerdo con el informe 2023 de la Secretaría de Ambiente, en el Distrito Metropolitano de Quito hay una evolución en la calidad del aire respecto a 2022, el 24 % de los días del año se mantuvo en condiciones deseables y el 71 % en condiciones aceptables.

Mientras tanto en Guayaquil también se consultó al Municipio sobre los niveles de contaminación por fuentes móviles y se solicitó una entrevista para conocer cuál es el índice en los últimos meses. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

“Probablemente no haya un registro certero sobre la contaminación porque para ello se necesitan muchos equipos de medición en toda la ciudad. Por otra parte, no hay mayor control por parte de las autoridades para evitar la evidente contaminación. Se supone que los vehículos deben pasar revisiones periódicas, pero muchas veces son los filtros los que fallan y por eso vemos cientos de buses emanando humo negro todo el día”, señaló Celleri.

Según le dijo a EXPRESO Gladys Rincón Polo, docente e investigadora de la Facultad de Ingeniería Marítima y Ciencias del Mar de la Espol, en Guayaquil la contaminación vehicular es una de las principales causas de la mala calidad del aire en la ciudad, sin olvidar las emisiones de las fábricas y las termoeléctricas que abastecen la electricidad.

“Un estudio encontró que la calidad del aire en Guayaquil es deficiente y no segura, según las directrices de la Organización Mundial de la Salud de 2021. El estudio también encontró que la contaminación vehicular es una de las principales fuentes de contaminación del aire en Guayaquil”, advirtió, al detallar que los buses generan el 82 % de las emisiones totales de material particulado y solo representan el 7,5 % del parque de vehículos de la urbe.

“Los vehículos particulares y taxis, por su parte, son los principales emisores de monóxido de carbono. Otro factor que contribuye a esta situación de mala calidad del aire en Guayaquil es el alto contenido de azufre permitido en el diésel en el país. Ecuador admite de 300 a 500 ppm (parte por millón) en los combustibles, mientras que en los países industrializados el máximo es 15 ppm”, precisó.

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Sin duda, en las dos ciudades se viven condiciones similares en cuanto a contaminación. Los especialistas insisten en que, por un lado, es necesario mejorar la calidad de los combustibles y, por otro, promover el uso del transporte público y medios más sostenibles de movilidad. Pero para ello, advirtieron, este debe mejorar. Al menos en el Puerto Principal, donde cada semana las quejas escalan más.

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