El hambre emocional es utilizar la comida para sentirse mejor. No es un trastorno, sino un tipo de alimentación desordenada que tiene un trasfondo psicológico o de comportamiento que debe tratarse.

Por lo general, las personas que sufren este problema buscan encontrar sensaciones agradables, alivio y consuelo con la comida. Al principio, los efectos pueden ser positivos y generar bienestar, pero después puede convertirse en un sentimiento de culpa.

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La nutricionista Carla Rangel, menciona en el nuevo episodio del pódcast Sanamente que, “algo que distingue el hambre emocional con el hambre real que cubre la necesidad de nutrir el cuerpo, es cuando únicamente comemos para satisfacer emociones que en su mayoría son de tristeza, ansiedad y depresión”.

Según la experta, el hambre emocional suele estar relacionada con el deseo de comer más alimentos grasos, calóricos y con alto contenido de azúcar. Esto ocurre porque el cuerpo necesita segregar hormonas de la felicidad como la serotonina, endorfina, dopamina y oxitocina.

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Sin embargo, la nutricionista recomienda que para frenar el problema es importante pasar tiempo en familia, realizar ejercicio o cualquier actividad física al aire libre y acudir a un especialista.

Si quieres conocer más sobre el hambre emocional, escucha el episodio completo con Carla Rangel.