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El político Olmedo y el Bicentenario

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"La tradición cosifica a Olmedo como poeta. Es hora de que el Bicentenario reposicione y dé la importancia a este como político"

Noviembre, mes decisivo de la independencia, libertad e institucionalidad de la Revolución octubrina. Olmedo, líder político de esa revolución, supo que el “nuevo espacio público” debía ser de ciudadanos y no de súbditos. Así tendría un efecto histórico, pues como jurista conocía que se debía crear una institucionalidad y normatividad que legitime la transformación. Para esto convocó un congreso de litoralenses que expidieran ese texto. De ahí nació lo que se conoce como la primera constitución de la Provincia Libre de Guayaquil. El cónclave de ciudadanos lo aprobó el 11 de noviembre de 1820. Por eso se dice: 9 de Octubre de 1820, Guayaquil independiente; 11 de noviembre de 1820, Guayaquil libre.

Pocos conocen este texto jurídico, breve, ágil y concreto. En 20 artículos buscan legitimar e institucionalizar la revolución. Aún se discute si fueron Olmedo y Antepara u Olmedo y Vivero sus redactores. Lo cierto es que esta “constitución” es importantísima para comprender el proceso, magnitud, alcance y efecto de la revolución. Los tres primeros artículos dicen: “1.- La provincia de Guayaquil es libre e independiente; su religión es la católica; su gobierno es electivo... 2.- La provincia de Guayaquil se declara en entera libertad para unirse a la grande asociación que le convenga de las que se han de formar en la América del Sur. 3.- El comercio será libre por mar y tierra, con todos los pueblos que no se opongan a la forma libre de nuestro Gobierno”.

La tradición cosifica a Olmedo como poeta. Es hora de que el Bicentenario reposicione y dé la importancia a este como político. El ilustrado y moderno guayaquileño es el primer gobernante que tuvo una sociedad ecuatoriana libre. Esto lo reconoce el jesuita Espinosa Pólit. Él dice que fue: “El primer ecuatoriano que legítimamente gobernó un jirón del territorio patrio, en la afortunada provincia que tuvo la gloria de respirar, antes que todas, auras de libertad. Era, pues, Olmedo de los insurgentes, y tanto lo era que, necesitando ellos un nombre cuya celebridad y prestigio ayudase a excitar el entusiasmo popular, y no habiendo logrado decidir al anciano Coronel Bejarano, se dirigieron a Olmedo”. Por eso el Bicentenario también es el que celebra al Olmedo político.