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¿De dónde sacaron a Bellita?

Avatar del Roberto Aguilar

Estamos ante la Asamblea más podrida de nuestra historia republicana. Ah, y la peor escolarizada

“Te hacecto los primeros 3 mil”, así, con “h” inicial y “c” en lugar de “p”, escribió la vicepresidenta segunda de la Asamblea Nacional, Bella Jiménez, en el chat que mantuvo con el ciudadano Pablo Luna. Se refiere a un primer pago de tres mil dólares a cambio de un puesto en su despacho: asesor 2. Ya salió Luna en un video a decir que el chat era privado y que no había autorizado a nadie a publicarlo. O sea que es auténtico, incluyendo la transferencia a la cuenta bancaria del hijo de la asambleísta. Presuntamente corrupta y comprobadamente iletrada, Bella Jiménez fue expulsada de su partido, la Izquierda Democrática, cuyos máximos dirigentes dicen no haber notado nada raro en ella. Cabe preguntarse en qué momento el analfabetismo funcional y la viveza criolla terminaron mimetizándose con la conducta normal de los políticos a tal extremo de que ya nadie lo nota. Desde el director nacional del partido, Guillermo Herrera, hasta el coordinador de la bancada, Alejandro Jaramillo; desde la líder histórica Wilma Andrade hasta el candidato a la Presidencia Xavier Hervas… ¿No sabían nada de nada? Porque Bellita era una de ellos, y no cualquiera: la pusieron de vicepresidenta. O sea que la adoraban. O ‘hadoravan’.

Patético lo de Hervas, como todo en el personaje de dibujos animados que representó a gusto cuando era candidato, con sus frases hechas y su sonrisa de diseño profundamente cenutria: “Tenemos una excelente mujer ecuatoriana asambleísta que va al parlamento ecuatoriano a defender los intereses de toda la sociedad, con justicia social con libertad. Bella Jiménez, todo nuestro apoyo”, aparece diciendo como teletubbie en el video que hoy ha vuelto a circular por las redes sociales. Para que alguien pretenda tomar en serio las majaderías que habla este señor cuando está en campaña.

No es una novedad: los partidos políticos que deben completar sus listas de candidatos a la Asamblea, a sabiendas de sus pocas posibilidades de triunfo, utilizan nombres de relleno que parecen sacados de abajo de las piedras. Gente que nunca llegará, confían, al Parlamento. Pero... ¿Ysi llegan? Pachakutik y la Izquierda Democrática, en los más ambiciosos sueños de sus dirigentes, no se planteaban tener más de media docena de asambleístas y muchas gracias. Pero terminaron con 27 el uno y con 18 el otro: 27 y 18 sacados de abajo de las piedras; incapaces de “hacectar” el cargo sin cometer dos faltas de ortografía en el intento. El caso de Bella Jiménez, sin embargo, es distinto. Ella encabezó la lista del distrito 1 de la provincia del Guayas, no era ni remotamente un nombre de relleno. ¿Qué hace ahí?

Ya puede la Izquierda Democrática pedir perdón y hasta castigo para la malportada; ya puede ofrecer, para las próximas elecciones, “acciones de escogitamiento más fuertes de los candidatos”, como dijo Herrera, para lo cual no se le ocurrió mejor idea que centralizar el proceso. Lo que no puede (o no se atreve) es confesar de dónde diantres sacó a Bellita y a cuenta de qué la puso en el tercer cargo más importante del primer Poder del Estado. Y con ella quién más vino. Porque como dijo la presidenta del Comité de Ética del partido, Carmen Paucar, y repitió Herrera: “Vendrán nuevas denuncias”. Eso es hablar con conocimiento de causa: ¿vendrán nuevas denuncias y ellos no saben contra quién? Sí, claro. Estamos ante la Asamblea más podrida de nuestra historia republicana. Ah, y la peor escolarizada.