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Zaruma se hunde

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La minería ilegal es una actividad mafiosa del calibre del tráfico de drogas; no se puede esperar que la población de Zaruma sola pueda resolver este problema...

Quien vaya a la Villa del Cerro de Oro de San Antonio de Zaruma quedará encantado. Su belleza le permitió ser declarada en 1977 como Ciudad de Interés Turístico Nacional, en 1990 Patrimonio Cultural del Estado Ecuatoriano y en 2019 Pueblo Mágico del Ecuador; pero si las cosas van como están dirigiéndose, será más bien cementerio memorial. Así de sencillo.

Zaruma es sin duda una joya en el país, no solo por su precioso entorno arquitectónico, sino por su gastronomía, su riqueza cultural y su gente muy especial. Por muchos años su riqueza vino de la explotación aurífera, pues la explotación de oro tiene más de cuatro siglos, pero en los últimos años la informalidad, el desorden y la mafia que rodea esta actividad clandestina, ha puesto en peligro a la ciudad, muy cerca de provocar un desastre de muerte y destrucción. La minería clandestina ha cavado túneles bajo el casco colonial urbano de la ciudad y se ha contaminado las principales fuentes de agua, tal como lo denunciara una veeduría ciudadana integrada por miembros de la sociedad civil en un informe del 8 de julio de 2020. Además de este informe, se han expedido muchísimos pedidos de auxilio de la población y representantes de la sociedad civil, resaltándose el oficio del 9 de julio pasado, donde un grupo de concejales en oficio dirigido al alcalde del cantón (oficio nro. ARCERNNR-CZEO-2021-1115-OF) precisa denuncias claras sobre las actividades ilícitas de la minería, el daño que se está provocando y las consecuencias del mismo.

La minería ilegal es una actividad mafiosa del calibre del tráfico de drogas; no se puede esperar que la población de Zaruma sola pueda resolver este problema, porque los tentáculos de poder son enormes. Si las autoridades locales no pueden con esto, Zaruma bien se merece la participación inmediata de autoridades nacionales. Es la obligación de autoridades como el ministro de Energía, Juan Carlos Bermeo; el secretario de Gestión de Riesgos, Cristian Torres; el ministro de Ambiente, Gustavo Manrique, y la ministra de Gobierno, Alexandra Vela, actúen de inmediato. Zaruma no puede esperar más.