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Estado fallido

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Solo así impediremos que el tiranillo de ayer retorne triunfante, gracias a su caos, a usufructuar en el futuro de “la generación de un Estado fallido”

Se considera fallido al Estado con alto grado de corrupción política, ineficacia judicial e incapaz de garantizar a sus conciudadanos el acceso a servicios elementales.

Los elementos en juego para que algunos políticos consideren al Ecuador como un estado fallido son: la Constitución garantista de derechos, sobre el derecho (norma escrita); y el sistema legal que permite la impunidad del delincuente. ¿Quiénes son responsables por las leyes proimpunidad, cuándo se expidieron y quiénes son sus beneficiarios?, ¿cuál es el daño causado, su finalidad a largo plazo y su espíritu?

Las respuestas son: responsables, la Asamblea Constituyente de Montecristi; los asambleístas levanta manos en el gobierno de la revolución ciudadana; beneficiarios, los correístas y los acólitos de estos; ejemplo: el ‘habeas corpus’ de Glas. La finalidad a largo plazo es crear las condiciones necesarias para que el Estado sea incapaz de poder garantizar a sus ciudadanos servicios como el de seguridad. El espíritu motivador es crear la necesidad del retorno del tirano, quien presentándose como salvador de la nación, ante un caos ideado por él, construido y ejecutado por sus acólitos, y explotando en su favor la angustia ciudadana, pretenderá otra constituyente que le permita reforzar su ejercicio e impunidad.

¿Qué hacer? En referéndum elegir la Constitución de 1998; volver a los 3 poderes; reformar el Código Integral Penal con acumulación ilimitada de penas, restringiendo al máximo las medidas sustitutivas; celebrar convenio de extradición con los Estados Unidos para casos de narcotráfico, lavado de activos y conexos con el narcotráfico, incluyendo jueces y funcionarios del orden, etc., dedicados a proteger y colaborar con dichas actividades delictivas.

Reforzar la institucionalidad de las fuerzas del orden, de la administración de justicia y de la legislatura, para que dejen de ser madrigueras donde se complota, se extorsiona o se reparte la patria. Solo así impediremos que el tiranillo de ayer retorne triunfante, gracias a su caos, a usufructuar en el futuro de “la generación de un Estado fallido”.