Bienvenido 2023

Entre tantas tareas pendientes del gobierno, las más importantes son: recuperar lo robado, muy ofrecido y no ejecutado
El 2022 terminó y lo quemamos siguiendo la tradición ecuatoriana. El 2023 se nos viene repleto de desafíos y, quizás, el más importante sea sobrevivir, cuidando que no nos maten en las calles, que nos ahoguen con impuestos, ni que nos acaben los intereses bancarios que, según los reportes de utilidades, son los banqueros, unos de los que más se enriquecieron en el 2022, a costa de quienes pagamos sus altos intereses crediticios.
Otro reto será conseguir un generador de luz, pues como nos anunció el ministro de Energía, por la “falta de gestión” del gerente de CELEC, en el mantenimiento de las centrales de generación térmica, se nos vienen apagones, con gran afectación a los sectores productivos, sanitarios y de seguridad. Siempre reactivos, nunca proactivos.
Entre tantas tareas pendientes del gobierno, las más importantes son: recuperar lo robado, muy ofrecido y no ejecutado. Que se apruebe su consulta, resultado con pronóstico reservado, considerando las situaciones coyunturales que pueden provocar un voto de castigo o rechazo, sin necesariamente ligarse a lo consultado.
También se suma el desafío de la Función Judicial, para tener un presidente titular en la Judicatura, que inicie cuanto antes la depuración de los malos elementos enquistados en esa institución. No es suficiente que el secretario Nacional de Seguridad, solicite a la UAFE y al SRI una investigación patrimonial de un par de jueces señalados, es imperativo que aquello lo apliquen a todo funcionario público. El gobierno no solo debe ver la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga en el propio, el estilo de vida de algunos de sus Ministros, ventilado en redes y plataformas sociales, que incluye hijos estudiando en carísimas universidades en el exterior, no se compadece con el salario que perciben como servidores públicos.
El desafío de la Función Electoral es que las elecciones se ganen en las urnas y no en el CNE entre gallos de medianoche y apagones, de los que ya nos alertó el ministro de energía.
Muchos desafíos, pero con una inconmensurable esperanza, de un mejor año para los ecuatorianos.