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La otra deuda

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Hay que darle más recursos a Salud y Educación. Por supuesto que hay que verificar que se usen adecuadamente, sin cálculos políticos y menos, que alimenten la corrupción’.

El Presupuesto General del Estado (PGE) lo administra el Ministerio de Finanzas, y en su página web se lo puede analizar con amplio detalle. Si se lo clasifica por sectores, destacan Salud y Educación que, frente al total del PGE, en 2012 representaban 6% y 14% respectivamente. Para 2021 Salud mejoró su participación frente al tamaño del Presupuesto del Estado llegando al 9,6%, mientras que Educación bajó levemente al 13%.

Al compararlo con el tamaño de la economía ecuatoriana, usando el Producto Interno Bruto (PIB) como referencia, se puede apreciar que en Salud a 2012 se gastó 1,9% del PIB y llegó a 2,8% en 2021. El escenario duele en Educación: en 2012 se gastó 4,4% del PIB y para 2021 bajó a 3,9% según números del Ministerio de Finanzas.

Hay que darle más recursos a Salud y Educación. Por supuesto que hay que verificar que se usen adecuadamente, sin cálculos políticos y menos, que alimenten la corrupción.

La Constitución del 2008, en sus transitorias décimo octava y vigésimo segunda, señalan que Educación y Salud deben recibir de forma progresiva, incrementos anuales de al menos 0,5% del PIB hasta alcanzar el 6% y 4% del PIB respectivamente. Mal medido, 14 años después de la norma constitucional, lo que debió estar en 6% en Educación, hoy está en 3,9% y Salud que debería estar en 4%, está en 2,8% del PIB.

Educación ha venido marchando sobre el mismo terreno y por momentos hacia atrás. A Salud le fue un poco mejor, pero sigue bajo la meta constitucional. Nadie dice que es fácil mantener o incrementar ese ritmo de gasto. El actual gobierno tiene la oportunidad de corregir para que no vuelva a retroceder el gasto frente al PIB, como ocurrió en los dos anteriores gobiernos.

Los asambleístas deberían velar por el cumplimiento de la norma constitucional de incremento de 0,5% del PIB, ya que ellos aprueban o dejan que la Proforma del Presupuesto General del Estado pase aprobada por el Ministerio de la Ley. Desde 2008 a 2021, por 4 ocasiones aprobaron para Salud un gasto menor a lo que fue aprobado por la Asamblea un año previo.

En 8 de 14 Presupuestos del Estado, el Gasto devengado en Salud fue menor a lo aprobado por la Asamblea. En Educación, para 12 de 14 años de ejecución presupuestaria, lo devengado también fue menor a lo aprobado por la Asamblea. Si en la Asamblea estuvieran más interesados en temas relevantes, deberían estar pidiendo cuentas al Ministerio de Finanzas con suficiente anticipación sobre la forma en que está asegurando el cumplimiento de la norma constitucional o el plan para avanzar en aquellas transitorias de la Constitución del 2008 antes que envíen la proforma porque ahí ya será muy difícil corregir.

Por lo pronto a Salud se la ubicó en Emergencia, Educación pareciera encontrarse en cuidados intensivos, y podrían estos números ser buena parte de las respuestas del porqué estamos viendo la inseguridad que se vive en las calles. No se mejora la seguridad bajando centavos en los combustibles. Ojalá mañana amanezcamos menos políticos y en lugar de posiciones intransigentes sobre combustibles, se pida que parte de lo que se ahorre en subsidios se los oriente a Educación y Salud para no repetir nuevos octubres y junios.