Premium

Vanegas

Avatar del Catrina Tala

Vanegas dice que no es político, pero lo hemos visto acercarse, por años, a varios partidos. Y si pretende alcanzar un cargo de elección popular, es mejor que asuma de una vez que lo es

Un ser humano puede ser como le dé la gana. Nadie tiene el derecho de exigirle que piense o que se exprese distinto, pero puertas adentro. Si un hombre es un misógino, deschavetado y vulgar, puede serlo en sus espacios, y la gente que tiene a su alrededor podrá -o no- hacerle notar que se equivoca.

Pero cuando un sujeto así pretende acceder a espacios públicos, especialmente desde la política; si esa persona pretende sacar una provincia adelante pero sus ideas son violentas, debe ser reprobado.

Lo que sucedió con el candidato Héctor Vanegas la semana pasada no fue un simple desliz, un exabrupto, o un chiste políticamente incorrecto. Fue un retrato de lo que piensa y lo que es: un machista que subestima a sus electores y que aún cree que subirse a una tarima y lanzar frases vulgares hará que lo recuerden y le “lluevan” los votos de otros machistas.

Vanegas se equivocó, pero sigue siendo candidato porque en el Ecuador de 2022 aún no existe una institución seria que reaccione ante el machismo. Aún el CNE guarda silencio y Jimmy Jairala, el dirigente de su partido, aceptó unas disculpas vacías y mediocres para salir al paso. La Universidad para la que trabaja ni siquiera emitió un pronunciamiento. Los alumnos son los que han tenido que rechazar su conducta.

Me dirán que soy exagerada, pero no se han puesto a pensar en lo que este hombre haría como prefecto de una provincia. No quiero ni pensar en qué espacio de su cerebro y de su plan de trabajo ubica a las niñas y a las mujeres, que ya bastante abandonadas estamos con la política pública de este país.

Vanegas dice que no es político, pero lo hemos visto acercarse, por años, a varios partidos. Y si pretende alcanzar un cargo de elección popular, es mejor que asuma de una vez que lo es.

No son disculpas lo que necesitamos, sino la certeza de que expresiones de este calibre no serán toleradas en espacios públicos. En estos casos, es mejor que la cancelación llegue de inmediato, antes de que sea demasiado tarde.