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Recordar es vivir...

Como recordar es vivir, se vuelve indispensable hacer comparaciones entre la política de décadas pasadas y las actuales

Las elecciones del 5 de febrero van a ser analizadas por mucho tiempo en lo tocante a sus resultados y a sus consecuencias posteriores. Como recordar es vivir, se vuelve indispensable hacer comparaciones entre la política de décadas pasadas y las actuales, para establecer las diferencias abismales que existen. En el siglo pasado fuimos testigos del enfrentamiento de verdaderos políticos, que exponían ideologías adversas unas con las otras, pero con conocimiento pleno de lo que decían y exponían, lo que servía para que la ciudadanía escogiera seriamente cuál de ellas abrazaba, y si así lo deseaba, entraba a formar parte del partido político, afiliándose a él porque coincidía con su manera de pensar. Este fue el motivo para que haya partidos con una militancia activa, de la que sus líderes escogían, en una especie de elecciones primarias, quiénes debían integrar las listas de su partido para participar en elecciones populares. Por eso los congresos de la república los integraron personas con capacidad, ética y conocimiento profundo de lo que significa ser legislador. Elementos de derecha y de izquierda pasaron por allí, no como ahora, que hay derechistas de izquierda e izquierdistas de derecha que nada saben de ideas. Pasaron por las curules legislativas Camilo Ponce, Pedro Saad, Raúl Clemente Huerta, Carlos Luis Plaza Dañín, Juan Isaac Lovato, Colón Serrano, Carlos Cueva Tamariz, Jorge Zavala Baquerizo, Otto Arosemena, Carlos Julio Arosemena, León Febres-Cordero, Rodrigo Borja, Julio Estupiñán Tello, Nicolás Castro Benítez, entre otros. Todos cumplían con las funciones concretas de un legislador: legislar y fiscalizar. La mediocridad cunde actualmente en nuestros políticos. Jamás pudimos imaginar que iban a aspirar a ser elegidos hombres y mujeres con grilletes. Es una pena y un asco lo que sucede en nuestro país. Ventajosamente todo tiene su principio y su fin. El pueblo debe exigir que se formen partidos de verdad, para evitar la existencia de más de 200. Tienen que reformarse las leyes que controlan los procesos electorales para que se impida la propaganda a base de tiktoks, memes, tuits, que desorientan a un electorado que cree en las farsas y calumnias que allí se dicen. Se debe fomentar la divulgación de programas de gobierno, de acciones concretas para sacar al pueblo de la situación en que encuentra.