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¡Ecuatorianos, unámonos!

Avatar del Byron López

El Ecuador de nuestros días ha sido sacudido por una serie de fenómenos naturales que lo tienen en situación muy delicada.

“Si se opone la naturaleza lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”, palabras pronunciadas por Simón Bolívar tras el terremoto del 26 de marzo del año 1812, que destruyó Caracas. Dicen los historiadores que fue para enfrentarse con los realistas que lo acusaban de ser el causante de esta tragedia por querer independizarse de España. Es una frase que se recuerda con unción pues fue pronunciada por un genio de la paz y la guerra. El Ecuador de nuestros días ha sido sacudido por una serie de fenómenos naturales que lo tienen en situación muy delicada, por todos lados por donde se mire. Lluvias torrenciales han originado que pueblos de Costa, Sierra y Oriente se hayan convertido en verdaderos ríos que imposibilitan la movilización de sus habitantes, con falta de hogar para centenares de miles de compatriota que perdieron lo poco que tenían. Deslizamientos de tierra en algunas carreteras, que obligan a la paralización de la movilización humana por medio de transportes y a la circulación de los productos para los mercados, con el grave deterioro de nuestra economía. Todo esto, junto con el terremoto del 18 de marzo serviría para que alguien pronuncie la frase atribuida a Bolívar. Pero eso en el Ecuador de nuestros días es pedirle peras al olmo. Ante este dantesco espectáculo lo fundamental es que, sincera y no hipócritamente, dejemos de lado los procesos de desestabilización del régimen democrático, sin tener mayor base jurídica para ello, como se deduce del informe elaborado por la Asamblea para ponerlo a consideración de la Corte Constitucional, y nos unamos frente a los embates de la naturaleza, comprendiendo que estos problemas se arreglan con razones y no con actos de violencia y destrucción. Pensemos por un instante qué ganaría el país destituyendo a Lasso. ¿Con su salida van a mejorar las condiciones actuales de tragedia del Ecuador? No. Ejemplos nos da nuestra historia en la que la destitución de mandatarios agravó la situación financiera, aumentó la pobreza y la falta de trabajo. No seamos entonces tan ingenuos para ir a la destitución de un presidente solo para satisfacer propósitos oscuros. Lo que debemos hacer es unirnos para luchar todos para sacar a Ecuador de la situación en la que se encuentra. ¡Ecuatorianos, unámonos! ¡Sí podemos!