Se acerca el 5 de febrero

La mayoría de los candidatos , no todos , saben el qué, pero desconocen el cómo.
Nos encontramos a escasos quince días para que se lleven a cabo las elecciones del 5 de febrero en que se elegirá nuevos funcionarios municipales y provinciales, y miembros del Cpccs, así como para contestar las ocho preguntas presentadas por el Gobierno en consulta popular. Por investigaciones de carácter estadístico que se han llevado a cabo por parte de quienes están legalmente encargados para esta gestión, se ha establecido que hay un alto porcentaje de la población que no sabe por quién votar. Esto es muy grave; evidencia el desconcierto que existe en el ámbito político debido a diversos factores, muchos de los cuales resaltaron con ocasión del ‘show’ denominado debate entre los candidatos, en el que se pudo constatar la pobreza intelectual y programática, y la profunda irresponsabilidad hacia los electores por parte de quienes sueñan con llegar a esas dignidades, al hacer todo lo que su imaginación les dice sin que hayan exhibido cómo lo van a hacer. La mayoría de candidatos, no todos, saben el qué, pero desconocen el cómo. De este particular sí se da cuenta el elector porque es una costumbre vieja la de ofrecer para luego decir busca quién te dé. El pueblo está cansado de esta manera de ser y de actuar de sus ‘salvadores’. Es insólito que se presenten ante la audiencia y hagan campaña electoral con grilletes en los tobillos, que les fueron colocados para que no se fuguen por estar procesados por delitos de corrupción, perpetrados precisamente en las entidades a las que aspiran llegar nuevamente. Están procesados penalmente. Si tuvieran un poco de vergüenza deberían esperar que la justicia diga la última palabra, y solo en el caso de ratificarles su inocencia aspirar a pedir el voto. De darse la situación, que ojalá no suceda, de que ganen en las urnas, ellos no serían los culpables sino quienes en conocimiento de las fichas que son votan por ellos. Lo más denigrante sería que autoridades así designadas representen a su ciudad o a su provincia. La ética está por sobre la ley. ¿Quién hace entender este elemental principio a los pícaros , mafiosos y corruptos? Solo la sociedad, que debe defender sus intereses, “porque la ignorancia de un votante en una democracia pone en peligro la seguridad de todos”, John Kennedy.