Nuestros próximos ucranianos
Máxime si compartimos con ese pueblo europeo el temor, hoy tan real y cercano, a un tercer país, Rusia, que tanto daño nos ha hecho tantas veces, multiplicándolo al invadir Ucrania, amenazando con acabar con todos con su armamento nuclear.
Con la invasión rusa, predicadores laicos nos reprochan el no habernos preocupado más de los desastres de Siria, Afganistán, etc. Lo ideal sería preocuparnos por todos, pero, pese a los avances técnicos, no podemos conocer bien todos los pueblos y sus problemas; lo lógico es seguir un cierto orden de posibilidades de atención según la proximidad y semejanza con ellos. Hay que amar al prójimo que se ve (al ucraniano), antes que al lejano. Máxime si compartimos con ese pueblo europeo el temor, hoy tan real y cercano, a un tercer país, Rusia, que tanto daño nos ha hecho tantas veces, multiplicándolo al invadir Ucrania, amenazando con acabar con todos con su armamento nuclear.
Martín Sagrera Capdevila