El progreso del país y de todos depende de nuestro voto

Después de los acontecimientos de la primera vuelta electoral llevo días analizando escribir o no esta opinión. No pertenezco a ningún partido político. No debo favores ni hago proselitismo por nadie. Escribo tras analizar el escenario y situaciones en que se va a dar la segunda vuelta. La mayoría no escogimos a ninguno de los dos candidatos que van a ella. Pero para bienestar de los ecuatorianos y el bien de nuestra democracia debemos elegir entre ambos, revisando sus antecedentes con seriedad y tolerancia. Seriedad porque de nuestra acertada elección depende en mucho el rumbo que tome nuestra nación. Enfrentamos un grave problema fiscal que eleva la deuda pública a niveles que en algún momento llegarán a ser explosivos. La carga de un sector público cada vez más caro e ineficiente es algo muy serio para la solución de nuestros problemas. Sufrimos pobreza galopante, desigualdad creciente, enorme y persistente desempleo e incremento de la informalidad. Vivimos en medio de una alta inseguridad y una epidemia sanitaria y de violencia incontrolables. La educación se quedó rezagada y no prepara a los jóvenes para las oportunidades y retos del siglo XXI, como asegurar sin falacias la solidez del sistema de pensiones del IESS y la atención oportuna de las enfermedades, incluyendo las medicinas. En la electa Asamblea no todas las fracciones políticas están representadas pero ya está legalmente constituida por 137 asambleístas de diferentes bancadas. Para solucionar las dificultades de gobernar en estas circunstancias considero que un gobierno que tenga el apoyo de una mayoría parlamentaria sería la mejor opción para gobernar responsablemente la patria en el momento que vivimos. Todos quienes votamos por otros candidatos, quienes ya han escogido por quién votar y quienes siguen formando criterio deben considerar y analizar con seriedad quién sería la mejor opción para gobernar el Ecuador. En esta nueva cita democrática procedamos con respeto, serenidad y tolerancia frente a quienes opinan distinto a nosotros. El 11 de abril escojamos con seriedad, raciocinio, tolerancia y no caigamos en la trampa de la falacia y el populismo. ¡Distinguido elector, en tus manos está depositado el progreso de nuestra nación!

Ec. Mario Vargas Ochoa