El privilegio de vivir

Despertemos con una sonrisa para agradecer a Dios el privilegio de vivir y regalémosla a quienes nos rodean; el mundo sonreirá con nosotros.

La tierra sigue girando y la vida sigue su curso. La pandemia avanza en unos sitios y en otros se detiene, pero se riega en el planeta como polvo que abraza y arrasa con vidas. No hay explicación, solo la deducción y experimentación, ya que únicamente Dios lo sabe. Nos toca asirnos del poco o mucho optimismo que tengamos y seguir, pero no a campo traviesa, sino delineando un camino que nos lleve, dando lo mejor de nosotros, para llegar a una meta. Muchas veces no la conseguimos, pero lo importante es el camino que recorremos día a día; él nos da las satisfacciones o negaciones que el destino nos depara. No debemos detenernos, esto sería cobardía. Hay que avanzar, pensar, prometer, estudiar, dilucidar y continuar caminando y ascendiendo con valor y alegría en el corazón. Con buenos sentimientos y pensamientos positivos se puede construir mucho, generar más de lo que imaginamos. Tratemos de ver lo mejor de la vida; lo peor que vivimos a diario debemos desecharlo de inmediato para que no corrompa ni lacere nuestros sentidos; de lo contrario estaríamos dándole asidero a la desesperanza, que enferma alma y cuerpo. Tengamos optimismo y sublimidad en todos los actos de nuestra vida. Despertemos con una sonrisa para agradecer a Dios el privilegio de vivir y regalémosla a quienes nos rodean; el mundo sonreirá con nosotros.  

Myrna Jurado de Cobo.