Ojalá hubiera más gente como ella
Esa foto fue una cachetada a la mediocridad que lamentablemente ocupa demasiado espacio en la narrativa diaria
Cuando veo el noticiero de la mañana y escucho esas noticias desagradables, donde gente sin principios ocupa los titulares, como tantos farsantes en la política, o delincuentes que andan libres, llego a creer que perdemos la dirección correcta en este país. Pero hoy me desperté viendo la fotografía de mi madre.
Ella había estado cerca de 8 horas de pie dando clases, enseñando, una vez más, sus platos guayaquileños, pero esta vez no fue ante sus alumnos de siempre, sino frente a un grupo de chefs internacionales, y en especial frente a un francés que acaba de recibir un premio a nivel mundial, Paul Bocuse, quienes se quedaron maravillados al probar los cangrejos, carapachos rellenos, cazuela de verde con corvina.
Verlos a ellos, agradecidos por esa mujer guayaquileña de 82 años que les enseñó un nuevo plato y que representa su esencia guayaquileña, me llena de orgullo. ¿Cuántas Martha Jurado le hacen falta a Ecuador? En la política, en la Asamblea, en los ministerios, en los puestos públicos, en las cortes, etc. etc., trabajando honestamente por un ideal, sin sentir cansancio, sin egoísmo, sino con verdadera vocación de servicio y entrega desinteresada, manteniendo una coherencia entre sus ideales y sus principios.
Pienso que sería bonito despertar y poder ver en la prensa, con más frecuencia, personajes anónimos que nos despierten el alma y las ganas de continuar superándonos, de mantener las convicciones y la esperanza de ser mejores. Esa foto fue una cachetada a la mediocridad que lamentablemente ocupa demasiado espacio en la narrativa diaria.
Nicolás Crespo Jurado