A ti, joven maestro

Creo que un adolescente sin lectura es un pájaro con las alas recortadas

Un adolescente sin lectura es un pájaro con alas recortadas. La nuestra es una sociedad que promueve y avala una educación domesticadora, que en vez de despertar, adormece; que en lugar de diversificar, uniforma. Que no estimula el interés por el conocimiento ni el amor por la vida intelectual; solo así puede manipular al niño, luego al joven y finalmente al adulto hacia el aburrimiento o la barbarie, la indiferencia o la insensibilidad. Total, las personas de pensamiento libre, crítico y creativo no son buenos súbditos, ni dóciles en la producción ni el consumo. A medida que trabajo más a fondo con adolescentes, más me convenzo de que en cada uno de ellos hay un poeta en potencia. Pero asimismo, me inquieta más que esas manifestaciones poéticas, que esas posibilidades de asombro lúdico no solo se atrofien, sino que se borren irremediablemente con el paso de los años. O mejor, con la inmersión en un mundo utilitarista que, al igual que aquellas aplanadoras que nos atemorizaban cuando niños, arrase en el adolescente toda afección a lo bello, todo su ser imaginario, su ternura, su vocación de ventisca de océano.

A pesar de lo anterior, o precisamente por ello, hoy quiero apostarle a la utopía. ¡Cómo la necesita la hora presente! Creo que un adolescente sin lectura es un pájaro con las alas recortadas. Y pienso que sin una mejora y diversidad de libros de textos en la escuela, sin una variedad de libros de información en las bibliotecas, y de manera primordial, sin una amplia gama de literatura para adolescentes que nutra al joven de imaginación, tolerancia, universalidad, y humanismo, es difícil que pueda volar a construir un mundo mejor, justo, democrático; es decir, auténticamente libre.

Carlos Alfredo Flor Vásquez