Inaudita decisión, lamentable ante esta pandemia

El 8 de diciembre de 2017 trasladaron a los pacientes internados por tuberculosis en el hospital Dr. Alfredo J. Valenzuela (LEA) hacia otras casas de salud. No existió notificación previa. Argumentaban clausura preventiva por inadecuado manejo de desechos desde su generación, más la evidencia de ratas. Esta antitécnica clausura trajo enunciados como aquel de que estaba listo un plan de contingencias para garantizar asilos y tratamientos adecuados. Los resultados: pacientes deambulan por calles, mercados, diseminando esputos hemoptoicos, purulentos, sin ninguna protección previa, siendo esta una enfermedad de mucha incidencia a nivel nacional. En países vecinos y del primer mundo estos pacientes son tratados de manera especifica y en aislamiento hasta llegar a la recuperación de peso corporal y negativación de la enfermedad para evitar la propagación. Nosotros la tratamos ambulatoriamente y cuando el paciente presenta cuadro de vómito sanguíneo es hospitalizado, lo que ocasiona deficiencias en su curación acarreando a cronificación y multiresistencia de la TB. LEA fue concebido como un hospital de aislamiento de neumología. La pandemia actual específicamente es neumológica, por atacar progresivamente al aparato del tracto respiratorio hasta causar agudas deficiencias respiratorias, llegando al perecimiento ¿De qué sirvió la clausurar LEA?. Hoy los pacientes de Covid-19 están diseminados en varios hospitales, exponiendo a todo su personal, quienes no cuentan con la experiencias de tratar enfermedades neumológicas. A pacientes en sospecha alegremente los obligan no salir del domicilio, sugiriendo a los afuereños estar en hoteles. ¿Quién los cuida y alimenta ? Ecuador debe contar con un hospital de aislamiento, como era LEA, ubicado en sitio estratégico, con amplios espacios, sitios verdes, donde se inactivaba el bacilo de Koch. Por la fuerza del sol y el viento, el sitio fue científicamente escogido por la OMS. Urge su reapertura.