Las decisiones tomadas marcan el trayecto

Busquemos el momento para repensar, para discernir lo que tengo que hacer ahora, cuál es el camino correcto y cuál es el equivocado...

Aprendamos a reprendernos. Los recuerdos son parte de nuestra riqueza. Utilicémoslos para revivirnos reconciliándonos. Dejemos de avivar el lenguaje del odio. Cultivemos el amor para combatir el discurso de venganzas que tanto proliferan a diario por todos los ambientes mundanos. La prioridad es entenderse para avivar la cohesión social, que es lo que nos armoniza. No podemos continuar alimentando la violencia. Ese mundo que discrimina nos tritura como un objeto más, nos está dejando sin fuerzas para intensificar nuestras respuestas. Debemos, pues, impulsar otras semánticas de pertenencia más níveas y esperanzadoras. La jurisdicción a una familia, la condescendiente al espíritu y al cuerpo, debe estar protegida para todos. En consecuencia, no me agrada este vivir que nos amortaja internamente, tampoco las palabras que nos desaniman y nos cortan las alas, es hora de proclamar otras expresiones más auténticas, basadas en la ausencia de temor y en la verdad; obra de la justicia y del amor fraterno. Busquemos el momento para repensar, para discernir lo que tengo que hacer ahora, cuál es el camino correcto y cuál es el equivocado, pues las decisiones tomadas son las que marcan nuestros trayectos vivenciales.

Víctor Corcoba