Cartas de lectores: El sueño de una guayaquileñac

Sé que para cambiar una sociedad deben pasar siglos pero, ¿por qué esperar esto?

Hacer un viaje por la Madre Patria es sumamente halagador, felicidad que me fue dada por mis hijos, y en dicho periplo mirar, recorrer, analizar todo lo visto con ojos de asombro, admiración y hasta de amor.

Y luego volver a mi querida tierra, como yo digo, bulliciosa y calentita, y ver cómo los automotores se atraviesan por cientos, usan los estridentes pitos, no respetan al peatón. Si caminamos por sus calles debemos estar ‘pilas’ ante futuros arranchadores, vamos a algún negocio y encontramos caras serias y déspotas, etc., etc.

Llego a casa y medito: es verdad que somos un país relativamente joven, pero nos cuesta aprender de otros mundos. ¡Qué tan difícil es ser amable con el cliente! ¿Por qué no podemos decir palabras bonitas y siempre un una sonrisa de amistad y amor al ser humano que nos rodea? Sé que para cambiar una sociedad deben pasar siglos pero, ¿por qué esperar esto? Sueño con esperar que cada persona que viaje, regrese no solo llena de compras y experiencias gratificantes, sino con ese cúmulo de educación, amabilidad y respeto a sus semejantes.

Hemos estados acostumbrados a políticos malhablados, escandalosos, deshonestos, pero este año, gracias a Dios, nuestro mundo ha cambiado. Tenemos, gracias a la sensatez de muchísimas personas y en especial de los adultos mayores que dieron su voto por un joven que, siendo de familia pudiente, se lanzó al mundo político trayendo una mochila llena de cultura, conocimientos, súper buenos modales y gran cantidad de valores, como amor a su pueblo, honorablidad al máximo.

Deseo que la tierra que heredó de sus padres, sea la mejor para sus hijos. A Daniel Noboa A, le va a costar “sangre, sudor y lágrimas”, pero con la ayuda mancomunada de todos nosotros convertirá a nuestro Ecuador en el sueño anhelado por todos.

 ¡Adelante, Daniel, adelante!