Cartas de lectores | Recordando a Rosana Vinueza y su gran sueño
¿Habrá alguna autoridad municipal que me responda?
No me asombra, me duele que hayamos sido tan ignorantes e inertes ante la belleza que Dios y la naturaleza nos dieron: los esteros naturales. En otros países los hacen artificialmente y embellecen las ciudades. Hace alrededor de 30 años una empresa establecida en Alemania llegó contratada por Rosana Vinueza, concejal de Guayaquil, y Antonio Bermúdez. Dicha empresa, llamada Lurggi, descontaminó las aguas de gran parte de Europa después de la II Guerra Mundial. Ellos hicieron un estudio para descontaminar el estero Salado, indicando que se necesitaban siquiera 20 años para tener éxito. Se hizo una maqueta en una plataforma para ser anclada en diferentes sitios del estero Salado. Esta emitía un chorro de agua de más o menos ocho metros de altura, para lograr oxigenarlo, además de un succionado de dos metros y de echar carbón activado. También incorporaron a un ingeniero químico. El proyecto consistía en solicitar a 30 empresas, cuyo residuos desembocaban en el estero, que colaboraran poniendo dichos aparatos. Mi hermano Nelson Jurado fue el impulsor del proyecto, que desgraciadamente no tuvo éxito. Rosana de dijo: “Nelson, tú eres un quijote”. En realidad hubo tres quijotes que lucharon con los molinos de viento de la ignorancia y el quemeimportismo de la mayor parte de guayaquileños. Hoy nos lamentamos. ¿Podríamos hacer algo al respecto o lo taponamos con tierra para esconder nuestra vergüenza y estupidez? ¿Habrá alguna autoridad municipal que me responda?
Martha Jurado Rodríguez