Cartas de lectores: ¡Las mujeres te apoyamos, Diana Salazar!
¡Usted siga con la justicia como bandera, para que brille el honor, cual primavera!
Todas las mujeres ecuatorianas, que amamos a la patria, a las leyes y que ansiamos la paz, te respaldamos. Eres una mujer digna, noble y con principios morales bien cimentados, que nunca cederá ante la masiva corrupción que hoy tiene carcomido al país y desfinanciado. Sigue adelante, con la frente en alto como siempre lo haces, develando todos los actos ilícitos y a los causantes de tanta ignominia y degradación moral; que destruye y que lesiona los intereses de la patria y de la sociedad. Que los juicios sigan su curso y que la ley los juzgue de acuerdo a sus actos, pero sin falsos recursos. Diana, honorable fiscal del Estado, es hora de acabar con las vergonzosas medidas cautelares, esto hay que borrarlo de un plumazo. Son espurias leyes, hechas para favorecer y acrecentar a la delincuencia, sin rechazo. Leyes falsas, que hacen que hasta los delincuentes se burlen de ella; toda vez que son un remedo de justicia y que sirven para llenar los bolsillos de ciertos abogadillos escoria y enemigos de su otrora noble profesión, de gloria. Debe prevalecer el principio de ley que dice: la persona que ha delinquido, automáticamente, pierde sus derechos porque “no ha respetado la ley ni los derechos de los demás”. Esto si tiene sentido... Esto es expreso, claro y simple como el agua; hay que simplificar las leyes y no dar paso a la presunción, que es la causante de aberrantes medidas sin cautela que disfrazan a la ley y causan confusión, amparando a la corrupción. Ahora es el tiempo de las mujeres valientes y honorables, que luchamos por un Ecuador grande, de grandeza sin par; en todos los ámbitos, tanto moral, intelectual, administrativo y comercial. Gracias a Dios tenemos las alas abiertas hacia el progreso. Por eso luchamos hombro a hombro con los hombres, sin amilanarnos, pero haciéndonos valer con respeto; con la mochila de sabiduría a nuestras espaldas y dar siempre la cara. No claudique, querida Diana, usted es patriota, no ceda ante los inmorales qué están en contra de la vida justa; que les gusta la libertad, pero con libertinaje. ¡Usted siga con la justicia como bandera, para que brille el honor, cual primavera!
Myrna Jurado de Cobo