Cartas de lectores | Sin filosofía, ¿en qué nos estamos convirtiendo?

Para que así lo más importante no sea el salario más alto, sino los principios humanos

La filosofía no sirve para nada. Es una frase que se escucha mucho hoy en día entre los estudiantes de colegios, universidades e incluso personas adultas. Pero la verdad es que no podrían estar más equivocados. Esta frase conlleva algo más y habla mucho de lo que es y en lo que se está convirtiendo nuestra sociedad.

La gran mayoría de escuelas y universidades no tratan ni enseñan nada de filosofía y el mensaje que esta quiere transmitir. Solo algunas de nivel socioeconómico alto la enseñan y, a veces, la enseñan mal. Porque la filosofía no se trata de memorizar respuestas ‘enlatadas’ ni nada de eso, sino buscar comprender mejor al ser humano y al mundo que lo rodea

La filosofía se trata de temas que van más allá, temas mucho más profundos, como qué es el amor, cuál es el sentido de la vida o qué es el dolor. Lo que brinda es una formación humanística, que enciende esa llama del interés por conocer los aspectos más relevantes del hombre.

La sociedad en la que vivimos está hecha para que la gente no piense, sino para que consuma. El sistema educativo está enfocado solo en el ámbito profesional, con programas de posgrado, doctorado y especialización. Las escuelas y universidades quieren equiparar la sociedad con el mercado, saciando sus necesidades con la demanda de profesionales y trabajadores. Personas que trabajan por dinero, sin cuestionarse ninguna orden que se le es dada.

Es muy importante que se enseñe la filosofía porque si no, no habrá quien nos salve de un futuro gris en el cual los hombres sean reemplazables por máquinas, porque perdieron lo único que los diferenciaba: el alma. Como dice Arnold Weinsted: “Incluso las computadoras más potentes o las estadísticas más precisas están perdidas cuando se trata de trazar la cartografía humana”. Porque si creemos que el fin de la educación es el de enriquecer las vidas de los estudiantes no solo de conocimiento utilitario, el estudio de las humanidades es imprescindible. Para que así lo más importante no sea el salario más alto, sino los principios humanos.

Hugo Larrea Lamincia