Cartas de lectores: Ni alcaldes ni asambleístas no merecen prebendas

Si de privilegios se trata, tienen todas las canonjías: vehículos, choferes, combustible, etc

El sábado 18 de mayo, diario Expreso publicó que el Concejo Capitalino aprobó una Resolución en la cual se planificó y aprobó instalar cámaras y controles de personas para el cuidado de los ediles, incluyendo instalaciones de alarmas comunitarias en los barrios donde viven dichos ediles.

Este acto desdice de la verdadera misión de trabajo de los miembros del Concejo, pues se declaran privilegiados, como si solo ellos fuesen merecedores del cuidado y protección, ignorando al resto de ciudadanos que habitamos en esta ciudad.

Si de privilegios se trata, tienen todas las canonjías: vehículos, choferes, combustible, etc. Parecería que obtener un cargo público en este país es motivo de alcanzar y cumplir sueños que quizá nunca se imaginaron alcanzar. Lo mismo pasa con los asambleístas que no deben ser llamados “padres de la Patria”, ya que no son ni de lejos serán héroes del Ecuador.

Recordemos el tristemente célebre presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, quien manifestó que para volver a reinstalarse en la Asamblea se necesitaban “USD 800.000”. Claro, necesitan cubrir tantos privilegios y canonjías porque piensan que la Asamblea es una fuente de alimentación para sus arcas financieras. No es de ahora esta situación. Hay que pagarles boletos aéreos, departamento, viáticos, movilización y tantos otros beneficios, hasta celulares y su consumo. Disponen de “asesores” al extremo de que algunos presidentes llegaron a tener hasta una veintena de estos personajes.

Da la idea que si necesitan tanta ayuda quiere decir que no están preparados para desempeñar las funciones a las que se postularon.

Si observamos a alcaldes y prefectos, basta esperar el día de la cantonización o de fundación para derroche con orquestas, artistas. Se ufanan en declarar que tiene 200 actos para que el pueblo se distraiga, claro con dinero que pertenece a los ecuatorianos. Ser edil, alcalde, prefecto o asambleísta debe ser un verdadero honor y un privilegio para servir a la ciudad, a la provincia o al país, y no tomar a estas posiciones como una verdadera oportunidad para sacar réditos personales de cualquier índole.

José Arias Osejo