Cartas de lectores: Reducción inevitable del tamaño del Estado
Por lo contado y muchas pruebas más, es procedente que se reduzca el número de servidores
El Gobierno ha decidido, por lo pronto, despedir unos 5.000 empleados no solo para reducir el déficit fiscal, sino para buscar eficiencia en diferentes dependencias.
Por la necesidad de tal medida creo que nadie puede oponerse, mientras no se busque ‘sustituirlos con seguidores políticos’ y, sin que previamente se disponga de igual número de cargos en el sector privado.
Las pruebas de ineficiencia en las dependencias públicas son fáciles de señalar.
En mi caso, por haber laborado más de 40 años en diferentes oficinas del Estado, por ejemplo: el Ministerio de Finanzas, el Congreso Nacional, el Consorcio de Consejos Provinciales, el Banco del Estado, entre otras.
Interrupciones que molestan al público son en general: festejar todos los cumpleaños, sobre todo el del jefe; ocupar para el lunch más de una hora; salir antes y llegar después del horario acordado; suspender toda la atención al mediodía, pese a la jornada única.
Por lo contado y muchas pruebas más, es procedente que se reduzca el número de servidores, porque mientras mayor es el tamaño de la dependencia, mayor es la lentitud con la que opera, siempre que el sector privado pueda darles trabajo para no aumentar la desocupación y los problemas sociales que eso acarrea, pues no se puede tumbar una escuela mientras no se disponga de la nueva construcción, porque no actuar así es poco inteligente.
Al margen de estas consideraciones, valga la oportunidad para sugerir el cambio de la actual vocera de la Presidencia, por alguien ‘mejor informado’, a fin de que pueda responder, al menos, las preguntas básicas para poder sacarle al presidente de los pantanos en que se mete, dejando la calificación de eficiencia o ineficiencia de los servidores a la dependencia en la que el servidor presta sus servicios y no al Ministerio de Trabajo por su politización.
Iván Escobar Cisneros