Las cadenas de la idiotez

Esto se ha expandido. No podemos tolerar más el avance de los idiotas, semiidiotas, o menores de edad

La idiotez es un estado mental de escasa o nula inteligencia. Algunos dicen que los idiotas no superan los tres años de edad mental.

Cuando una persona tiene la inteligencia en estado de idiotez, su razonamiento es inexistente: deambula con una sonrisa permanente, mirada perdida, y en algunos casos, derramando saliva por la comisura de los labios.

La idiotez encadena al hombre y lo mantiene en inactividad. Los idiotas son presa fácil de dogmatismos, fanatismos, servilismos, obediencias ciegas, y son absolutamente dependientes del juicio de otro. Los que tienen cierto grado de razonamiento son los que Kant denomina menores de edad, que no pueden hacer uso de sus pensamientos, que no razonamientos, sin tutela de alguien. La política ecuatoriana muestra signos de que se ha generalizado, en muchos casos, el reclutamiento por parte de partidos y movimientos políticos de personas fácilmente manipulables, con signos de dependencia propia de un escaso desarrollo mental (podrían ser encasillados en aquello de “menor de edad”). Sus manifestaciones son visibles: defensa de postulados irracionales, peroratas repetidas como eco de las de un tutor, escaso o nulo razonamiento; azoramiento cuando las preguntas exigen respuesta razonada, salidas por la tangente cuando no encuentran respuesta, y berrinches cuando se los pilla en sus deficiencias. Vemos declaraciones o expresiones reñidas con la moral y la lógica, manifestadas con desparpajo, como ‘superioridad’ intelectual, creyendo que los idiotas son los demás. Subestima al pueblo, que les da posibilidad de exhibir su imposibilidad de razonar con lógica. Esto se ha expandido. No podemos tolerar más el avance de los idiotas, semiidiotas, o menores de edad.

José M. Jalil Haas