Boicot y caos en toda la administración pública

El resultado es un caos organizado por todas partes

En ningún lugar parece que los empleados públicos se encuentran satisfechos con lo que hacen, con lo que ganan y menos con las herramientas que las instituciones del Estado les entregan para su trabajo. Por lo general el empleado público no es contratado por sus aptitudes, capacidades, menos por la creatividad o solvencia para el cargo a ocupar. Es un mal de todo el mundo; mucho más en los países de orden dictatorial. Lejos está que el servidor público responda a las exigencias de la sociedad, brindando un servicio público eficaz, eficiente y de calidad. Lirismo de siempre. Además parece que las administraciones de los poderes del Estado no saben cómo lidiar con el abultado personal ingresado por los gobiernos anteriores. Policías, trabajadores de la salud y educadores son indispensables y con déficit en estas áreas; también otros profesionales y obreros son necesarios. Los demás deben ser materia de cambios con gente capaz para cada puesto. En estos tiempos de cambios de políticas administrativas y gubernamentales hacia un Ecuador próspero es indispensable evaluar su eficacia. Sin embargo, es evidente que existe boicot contra el gobierno. Debemos reconocer que el gobierno no es solo el Ejecutivo; empero, todo lo que sucede en otras áreas del Estado se lo echan al gobierno. El resultado es un caos organizado por todas partes.

Ab. Franklin Lituma Manzo