Premium

El poder del amor

El amor es un don de Dios que nos mantiene libres como hijos de Él. El amor es más importante que la comunicación, es mayor que la fe, que la generosidad, que el sacrificio. El amor nos capacita y no se puede fingir. El amor a Dios es una elección que nosotros hacemos. Hay personas que tienen una capacidad de amor que no tienen los demás. Somos felices si vivimos con el amor de Dios en nuestra vida. El amor no es envidioso ni arrogante, es equilibrado y no necesita acaparar la comunicación. El amor nos hace estar tranquilos y no permite que explotemos cuando no nos gusta algo. El amor verdadero se cultiva y crece y no permite que llevemos cuenta de los favores que hicimos ni de lo poco o mucho que nos esforzamos por ayudar a nuestros semejantes. Si tenemos que corregir, hacerlo en forma calmada, como gente piadosa. Si tenemos a Cristo en nuestro corazón, nunca sentiremos rencor. El amor de Dios nunca se agota y debemos conocerlo para obedecerle, por eso debemos leer el Evangelio y compartirlo para que la religión no muera. Pidamos al Espíritu Santo que nos dé esperanza y contentamiento para que no seamos quejosos, ni murmuradores, ni chismosos. Aprendamos cuándo debemos hablar y cuándo debemos quedarnos callados. Él ha venido a vivir dentro de nosotros. Sintamos que el Señor está presente y aceptémoslo como nuestro Salvador. Si dentro de nosotros está la raíz del amor, no podrá salir de nosotros, sino amor.