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Valeria Vélez
Valeria VélezCortesía

Valeria Vélez: “Dar es mejor que tener”

Odontóloga de profesión, explora en sus tiempos libres el arte del macramé, emprendimiento dedicado a dar cursos y la venta de insumos.

Al natural. Así es Valeria Vélez (34). Aquella forma de ser es con la que se identifican quienes la ven desde la pantalla del celular. Desde su cuenta de Instagram, viene formando una comunidad dirigida a los apasionados por el arte del macramé.

El emprendimiento tardó en llegar, pero sin duda valió la pena. Cuenta que estudió odontología porque simplemente le apasiona ese mundo, y es lo que la llevó a especializarse en la rama de rehabilitación oral y técnica dental.

Por muchos años su vida giró en torno al trabajo, su esposo, capacitaciones en el exterior... No tenía ni un minuto libre para explayar alguna otra faceta que le resultara atractiva, recuerda. Pero el interés estaba ahí.

Una vez que llegó la maternidad y la pandemia, todo cambió. Se dedicó a dar rienda suelta a su parte más artística y formó lo que hoy es Tulia.

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Nace la artista

Valeria recibe a EXPRESIONES en su casa. En una de sus paredes, resalta la escultura de un perro, la cual lleva su firma. “Siempre me ha gustado trabajar con las manos”, explica.

Aquello lo heredó de su bisabuela Tulia. “Era de Medellín. En las vacaciones escolares armábamos maletas con mi padre, quien es colombiano, y mi madre (ítalo-peruana) y la visitábamos”, rememora sobre la visitas que le hacía en su casa llena de arte.

Una vez que terminó la secundaria, Valeria se apuntó a la carrera de Odontología, una profesión que tiene en sus genes. “Mi bisabuelo era odontólogo, mi abuelo técnico dental, mi padre odontólogo y técnico dental y yo igual”.

Sin embargo, en 2019, mientras dividía su tiempo entre el trabajo y el matrimonio, decidió explayar otra faceta. “Siempre quise tener un negocio adicional en el que no necesariamente debía estar presente”. Y se inscribió en cursos online de macramé en la plataforma Doméstica.

La pandemia hizo su parte. Quedó embarazada y el bebé nació en el 2021, mientras las variantes de covid eran aún recurrentes. “Pasé cinco meses lejos del consultorio y mientras mi bebé dormía, yo tejía”, cuenta.

Una vez que retomó sus actividades, tejer seguía siendo su ocupación en los ratos libres en casa. Columpios, cojines, tapices y canastos se convirtieron en sus creaciones. “Siempre con toque árabe. Mi esposo es turco y me inspiró mucho su cultura”.

Fue en febrero de 2022 cuando esta odontóloga decidió crear la marca bajo el nombre Tulia, en honor a la persona de quien heredó el arte en las manos.

Abrió Instagram y de inmediato posteó todo lo que había creado desde que nació su hija. La naturalidad ha sido su sello. Las fotos o reels de ella creando mientras alrededor están su bebé o sus gatos adoptados hicieron clic con los seguidores.

Expandir el arte del macramé

Como un “viaje contra la corriente” dice que fue el inicio de su emprendimiento. Sobre todo porque no había materiales.

“Cuando iba a un local para comprar cordones para macramé, me decían ‘¿qué es eso?’, ‘no tenemos’ o ‘hay este cordón, pero a este precio’, el cual era carísimo”, recuerda.

Ante la falta de insumos, su esposo le sugirió hacer un estudio de mercado para ver desde qué país se puede importar. En mayo del 2022 hicieron el primer pedido y, de a poco, Valeria fue cambiando el propósito de su emprendimiento. Dejó de tejer, para enfocarse en la venta de insumos y dar cursos. “El plan es que con mis conocimientos y los materiales que pueda traer, otros puedan formar sus negocios... Dar es mejor que tener”, sostiene.

Al momento se alista para ofrecer este mes de febrero su segundo curso presencial. Quito, Cuenca y Guayaquil son las ciudades de donde más clientas y estudiantes tiene. “Van desde jóvenes hasta adultas mayores... Lo que quiero es crear una red de mujeres emprendedoras en macramé, para que este arte crezca a nivel local y se lo valore. La realización de un diseño, por ejemplo, puede tardar desde horas hasta dos semanas”, explica acerca de todo lo que hay detrás.

Añade que en esa red se apoyan las unas a las otras. “Si alguien me pide un producto, yo le recomiendo a alguna tejedora que trabaja con mis insumos”. Así fue encaminando este emprendimiento que está próximo a cumplir un año.

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.Juan Faustos// EXPRESO

La vida no es perfecta

Tulia no solo hizo explayar la parte artística de Valeria, también la ayudó a tener la mente ocupada en momentos difíciles.

“En el 2022 me detectaron cáncer de útero. Los doctores no lo habían diagnosticado antes porque estaba embarazada y, aparentemente, el tumor era casi imperceptible. Pero al año del parto, cuando regresé para planificar mi segundo hijo, notaron que este ya había crecido”.

Viajó a Colombia junto a su hija y su esposo para la operación y en el posoperatorio Tulia fue también su ayuda. “Cuando agarré el celular vi un montón de pedidos y entonces con ayuda de mi asistente, que estaba en Guayaquil, empezamos a despacharlos”.

De la experiencia con esa enfermedad, agradece que se trató a tiempo. “No hay que dejar pasar los chequeos de mama o papanicolau. Ir tarde puede ser peor”, advierte.

Regresó a Ecuador con más fuerza, pero con su naturalidad intacta. “Hay videos en los que aparece mi hija, me jala el cabello... llora... o pasan mis gatos. Es chévere mostrar la realidad también. La vida no es perfecta y eso la hace bella”, concluye.

¿Qué es el macramé?

Es un arte muy antiguo (ya lo practicaban persas y asirios en el año 2300 a. C.) que consiste en crear tejidos usando nudos decorativos, solo con ayuda de las manos. Su nombre se deriva de un término francés que a su vez se deriva de la palabra turca ‘makrama’ y significa ‘nudo’,