Thor, dios del trueno (Chris Hemsworth), se encuentra ahora en un viaje diferente a todo lo que ha enfrentado en el ayer: vive en la búsqueda de su paz interior. El recogimiento se ve frustrado por un asesino de la galaxia… Gorr, el carnicero de los dioses (Christian Bale, Óscar secundario por El luchador, 2014).

Con la ayuda de Valquiria (Tessa Thompson), Korg (voz de Taika Waititi en la versión inglesa) y su exnovia, la doctora en astrofísica Jane Foster (Natalie Portman, Óscar 2014 por 'El cisne negro'), Thor emprende una aventura cósmica para rescatar a los niños de Asgard, secuestrados por el vil Gorr. Ha llegado a esto por la actitud de Zeus (Russell Crowe, mejor actor por 'Gladiador', 2001), a quien solicitó ayuda para derrotar al villano y todo lo que logró fueron… burlas.

Filme visualmente asombroso, con un espectacular diseño de producción, colores que semejan un arcoíris derretido y un brillo en el écran que termina deslumbrando al más indiferente de los espectadores. Y si a estos añadimos que 'Thor: amor y trueno' da cameos a figuras, sin proveer sus nombres, que en su momento obtuvieron la estatuilla que otorga la Academia de Hollywood, estamos, sin lugar a dudas, frente a una producción excepcional.

Allí aparecen Matt Damon, guion original por 'En busca del destino', 1977); Anthony Hopkins, mejor actor por 'El silencio de los inocente's, 1991 y El padre, 2020; Cate Blanchett, mejor actriz secundaria por 'El aviador' 2004 y mejor actriz por Jazmín azul, 2014. Descubrirlos es parte del entretenimiento.

Pese a todos estos ingeniosos momentos, el filme sufre de excesivo buen humor, lo cual -en mi opinión- falla porque, en su contexto, Thor menciona y muestra desilusiones, la corriente de considerar que los dioses mitológicos dejaron de ser inmortales, que exhibe el sufrimiento de quienes padecen un cáncer y por ende la muerte.

Ello desequilibra la película y la acerca más, en su concepto final, a un filme europeo que trate problemas emocionales, sentimentales. Pero esto lo considerará el público adulto, porque a la juventud la cinta los atará a sus asientos.

Siendo un filme representativo del cine actual, dirigido a la mancebía, el guion se integra a esa pubertad y los diálogos se escriben con las expresiones de hoy, las cuales no tienen nada que ver con el futuro. Inclusive, muchos de ellos se acercan más a los personajes de la serie de Netflix titulada 'Stranger Things' que al propio Thor. Igual sucede con ciertos monstruos y tomas que tienen cual piso… el agua.

La creatividad de su escenografía, el uso del color (especialmente en las secuencias que muestran la ciudad llamada Omnipotencia o el palacio de Zeus, suspendido en el aire) sobrepasan la imaginación. Igual sucede cuando se llega al planeta en que vive Gorr, donde todo es tan lúgubre… ¡que no existe el color! Y ese cambio es una nota victoriosa en su fotografía.

Christian Bale se apodera del largometraje en todas sus apariciones. Destila crueldad, venganza, odio y reafirma su calidad actoral. Los demás intérpretes cumplen su labor. Sobresale Natalie Portman en los momentos trágicos de la historia.

Nota al margen. Espere el final de los créditos pues, al terminar estos, queda una sorpresa.

• Calificación: * * * *