La relación entre la reina Isabel II y el príncipe Harry y Meghan Markle sigue generando controversias, según el escritor Robert Hardman. En su nueva biografía, Carlos III: Nuevo Rey. New Court. The Inside Story, Hardman refuta las afirmaciones de la pareja real, que sostiene que la fallecida soberana estaba de acuerdo con que su apodo de la infancia, ‘Lilibet’, se pasara a su bisnieta.

Según medios internacionales que recogen lo dicho por el autor británico, la exsuegra de Lady Di estaba furiosa por esta decisión y era la más enojada al respecto.

Esto contradice las declaraciones de la correspondencia real de la BBC, Jonny Dymond, quien afirmó que la pareja nunca consultó ni informó a la reina sobre el uso del nombre.

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Un informe adicional de Daily Mail refuerza las afirmaciones del nuevo libro, sugiriendo que la mamá de Carlos III ya estaba frustrada por no tener control sobre sus propios palacios y pinturas, y que solo Harry y Meghan podían tomar lo último que poseía: su nombre.

Se menciona que ella expresó su desconcierto al enterarse de la intención de Harry de llamar a su hija Lilibet, pero sintió que no podía expresar públicamente su molestia.

La pareja real ha sido objeto de críticas constantes y este nuevo episodio se presenta como otra controversia en su relación con la familia real. 

Robert Hardam es un reconocido analista y director de cine que ha cubierto la monarquía británica por tres décadas.

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