Con el apoyo del Fondo para la Preservación del Patrimonio Cultural, programa de la Embajada de los EE. UU. y el Centro de Investigación e Interpretación Ingapirca, concluyeron las obras de conservación de los muros del complejo arqueológico situado en la parroquia del mismo nombre en la provincia de Cañar.

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La Embajada de EE. UU. entregó 180 mil dólares que se desembolsaron en dos años durante las cuatro fases de implementación.

La inversión permitió ejecutar trabajos para hacer frente a los problemas de deterioro que por el clima, afectan al sitio convertido en un centro de investigación y espacio turístico e informativo sobre las culturas precolombinas.

Lo innovador en el sector es que se ha marcado un paradigma en cuanto a las técnicas de restauración y conservación, según Santiago Molina, director del complejo arqueológico.

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“Antes se pensaba que se tenían que eliminar los elementos que brotaban en las piedras del centro, sin embargo, y gracias a la asistencia de expertos internacionales con una vasta experiencia en el tema de conservación de sitios arqueológicos, el paradigma cambió, el mantenimiento de la vegetación en las piedras, se mantiene porque generan biopelículas o películas biológicas que permiten precautelar a las piedras y evitan el deterioro de manera rápida”, asegura Molina.

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