Es una de las ‘burbujas’ del Gran Guayaquil, ya sea por su prestigio, alta plusvalía o por su holgado abanico de comercios. Pero así como otros sectores se encuentran en zozobra por la ola delictiva, La Puntilla, parroquia de Samborondón, se mira en ese espejo. Su reputación se desvanece por hechos delictivos que han generado alarma, como el sicariato en una reconocida plaza comercial hace pocas semanas, o asaltos en urbanizaciones.

Todo esto le pasa una amarga factura y los representantes de gremios reaccionan. Uno de ellos es el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Samborondón, Omar Zambrano, quien revela a Diario EXPRESO que actualmente se percibe un ambiente de preocupación en esta agrupación, que tiene aproximadamente 1.500 integrantes.

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“Se ve mucho nerviosismo en la gente y también en el comerciante. Se preocupan y están con el temor de que si se venderá o no, o si vendrán (clientes) o no. A medida que se va incrementando la situación delictiva, se ponen más nerviosos”, explica.

Zambrano afirma que en el mes de abril hubo una baja del 30 % en la plaza donde ocurrió el crimen y es por esto que algunos de los comerciantes ya barajan las alternativas para tener más seguridad. Entre ellas, puntos de revisión, más operativos de control y reuniones con los centros comerciales que se levantan en este sector.

Paralelamente, el dirigente adelanta que en el próximo mes se lanzará la Cámara de Comercio La Puntilla, con el propósito de reunirlos a todos. “No tenemos mucha presencia ahí, pero ahora ya tenemos oficina, convenios, beneficios. Ahora es unificar la cabecera cantonal y La Puntilla sobre todo por este tema... y que vea la Policía Nacional y el alcalde que hay un comercio unido, preocupado”.

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La reducción de movimiento cuando ocurrió el crimen también la percibió Francesca Ferrero, propietaria de un restaurante del sector. “Vimos un impacto parcial en los otros sectores y comercios del 20 al 30 %. No notamos que esto permanezca. Han aumentado los controles de seguridad, militarizado al menos donde ocurrió el suceso”, dice Ferrero, quien fue también la primera presidenta de la Asociación de Restaurantes del Guayas (AsoRestGuayas).

La lectura que tiene ella es que debido a los elevados índices de violencia y al estar expuestos, la ciudadanía ahora ha tomado cierta actitud de “acostumbrarse a ese tipo de sucesos, adaptándose en temas de seguridad para continuar”. Además, resalta que si el comercio mejora temas de disuasión, guardianía o manejo integral de los sectores, la ciudadanía tiene mayor confianza.

Al hablar sobre las acciones que se han puesto en marcha por parte del Cabildo, la también médica dice que sí se ha visto un aumento de presencia policial. No obstante, espera que el gremio pronto sea llamado a reuniones, para conocer cuáles son las medidas que se tomarán “aparte del aumento de patrullajes”. “No vemos UPC de control de los puentes; hay uno en La Puntilla. Sí hemos visto de alguna manera que tienen la voluntad. Ahora esperamos ver las acciones contundentes”.

Holbach Muñeton, presidente de la Federación Nacional de Cámaras Provinciales de Turismo del Ecuador, opina de una manera similar. Él asevera que ha conversado con otros empresarios y dueños de restaurantes, algunos con una trayectoria de casi dos décadas ubicados en esta zona, y ellos confirman que no hay un despunte en las ventas debido a esta problemática.

“Entonces, (en) el bastión, la ‘burbuja de seguridad’ de Samborondón, sí es preocupante lo que está pasando y cada vez los dueños de restaurantes están sintiendo que el tema de inseguridad está mojando, como en la playa: a los que están cerca del mar, la ola los moja primero... y ahora está mojando a todos”.

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El escenario es tan desalentador en La Puntilla que, según Muñeton, está peor que en los días cuando azotaba la pandemia. Incluso hay temor en torno a quienes trasladan los pedidos a domicilio (delivery). “En pandemia los restaurantes estaban con los delivery; movió, generó y (eso) los salvó”.

Sobre si conoce una cifra de negocios que decidieron cerrar, dice que no la tiene, pero que algunos están pensando en hacerlo. “No veo un camino hacia donde nos dirigimos, las medidas son las mismas de siempre. Hacen el mismo show de siempre, las deudas siguen ahí y los negocios siguen deprimidos”, advierte el también hotelero, quien en una lectura en torno a la gestión de los alcaldes de Guayaquil y Samborondón, opina que “han hecho un buen trabajo desde su competencia y hasta donde ellos pueden”.

EXPRESO se contactó con el Municipio de Samborondón para conocer cuáles son las estrategias, en el marco de la seguridad, que se han adoptado para que La Puntilla no pierda su brillo, así como si se han contabilizado otras incidencias. Sin embargo, hasta el cierre de este artículo la solicitud de entrevista no fue atendida.

La Puntilla, donde se levantan no solo plazas gastronómicas y comerciales, sino también teatros, urbanizaciones, planteles educativos y casas de salud, espera continuar con su sello de prestigio. Aguardan por más acciones.