Una balacera interrumpió el sueño de los moradores del barrio Durán, en Playas, la madrugada del 5 de enero cuando varios motorizados dispararon varias ráfagas de bala contra las unidades de una cooperativa de transporte de pasajeros. Los vehículos estaban estacionados en el parqueadero que tiene la empresa, junto a una estación de servicio (gasolinera) en las calles Paquisha y Sixto Chang, centro de la ciudad.

La balacera se registró cerca de las 2:30 y según un informe preliminar de la policía, el guardia de la gasolinera fue sometido por los motorizados. La Policía no detalla cuántos eran, sin embargo, en el documento, asegura que al cuidador lo metieron en una bodega para después comenzar a disparar contra los buses que estaban vacíos.

“Fue horrible, la balacera duró unos dos minutos. Me escondí debajo de la cama para evitar que una bala perdida llegue hasta mi casa”, dijo una habitante de un barrio cercano a la gasolinera

Seis de estas unidades recibieron impactos de balas. Los vidrios de los ventanales quedaron esparcidos en el piso y las carrocerías agujereadas por los proyectiles. Las unidades afectadas fueron retiradas del lugar y nadie informó dónde las llevaron.

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No es la primera vez que esta cooperativa sufre esta clase de atentados, a mediados de diciembre de 2023, dispararon contra un bus en horas de la madrugada.

La hipótesis que manejan en torno a este caso apunta a las extorsiones y al dinero que los transportistas se niegan a pagar.

Hasta el cierre de esta edición, los directivos de los transportistas no se habían pronunciado sobre el hecho.

En Posorja, también en esta misma madrugada se habría atentado contra las unidades de transporte intercantonales de esta parroquia, según dijeron fuentes de la compañía que pidieron mantener su nombre en anonimato por seguridad.

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En el lugar, sin embargo, las actividades de ambas cooperativas se mantuvieron con normalidad, lo que ha generado recelo entre los pasajeros; que claman por protección para ambas localidades. 

Roció Burgos, quien viajó a Guayaquil en una de estas unidades, espera que estos hechos delictivos no se repitan. Le aterra que puedan ser testigos o víctimas de una bala perdida en un futuro hecho. "La situación es aterradora“, manifestó.

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