Los intentos de salvar a la aerovía a costa del retiro de la competencia de otras formas de movilidad que avanzan a Durán siguen en pie, ahora con un nueva medida de exclusión de los taxirrutas de la cooperativa Exxon, que ofrecen servicio a ese cantón y que hasta esta semana hicieron estación en Víctor Manuel Rendón y Pedro Moncayo.

La novedad para los socios a cargo de las 130 unidades de esa compañía fue la colocación, la noche del martes, de muros que impiden el paso al lugar donde todos estos años se estacionaron los vehículos. Nada nuevo este 2021, en marzo pasado hubo otro intento.

La Autoridad de Tránsito y Movilidad de Guayaquil (ATM) debe respuestas a EXPRESO sobre esta nueva decisión, pero por la cooperativa se pudo conocer que antes de que se tome la decisión de echar, de nuevo, a los taxis compartidos, hubo reuniones entre la directiva de la empresa y funcionarios de la ATM, a través de las que se solicitaron 15 días de cese de actividades de los taxirrutas, a fin de “demostrar, una vez más, que Exxon no es el peso de competencia para el sistema aerosuspendido”, contó a este Diario Busther Maldonado, gerente de la cooperativa.

“Fue la última semana de julio. Paramos y retomamos actividades el 16 de agosto. Y el martes 17 colocaron muros para que no ingresemos a la berma. La idea que tienen, y lo sé porque hablé con gente de dentro, es que si se controla Exxon se controla todo lo que va a Durán, y así se libera a la aerovía”, cuenta el dirigente.

Ahora no le contesta nadie, pero asegura conocer que la orden llegó de arriba, por el compromiso que se tiene con los franceses que administran el sistema aerosuspendido.

La aerovía es un sistema de movilidad que ha sido criticado desde su inauguración. La misma alcaldesa Cynthia Viteri ha admitido en declaraciones que si no sirve como transporte puede servir como atractivo turístico, a propósito de las múltiples críticas, entre las que se cuentan las de miles de usuarios duraneños que evitan subirse por no ser un sistema planificado adecuadamente, con rutas que conecten a todos los sectores del cantón vecino.

Guayaquil deberá pagar 114 millones de dólares, el 85 % del costo total de la obra, a la Agencia Francesa de Desarrollo, mientras que el consorcio que administra el sistema, conformado por Sofratesa Inc. y Poma ASA, solo aportará el 15 % ($ 20 millones) de ese total, pero las realidades financieras pospandemia no eran alentadoras a inicios de este año.

El sistema esperaba $ 28 mil diarios gracias a los 40 mil usuarios que proyectaba, pero en enero apenas alcanzaba el 30 % de esa cifra. Eran semanas en que aún la aerovía era una novedad que movió, incluso, a guayaquileños a conocer la ruta, pero está dicho que a la mayor parte de quienes viven en Durán no les sirve como medio de transporte.

Sobre ese escenario, está la realidad de un contrato firmado que especifica que la autoridad de la ciudad garantizará que el sistema aerosuspendido esté libre de competencia.

En la administración anterior se aseguró que no habría mayor cambio en la forma en que está organizado el transporte que conecta con Durán, pero al parecer eso cambió.

El gerente de Exxon piensa hoy que los diálogos fueron solo una estrategia, pero afirma que van a “seguir luchando”. Incluso, afirma, intentarán contactar a la alcaldesa.

Ahora mismo trabajan, pero fuera del confort que les ofrecía la berma y al margen de la venia de la ATM. “Estamos como cuando la Policía busca al delincuente, pero debemos comer”, afirma.

En marzo de este año, se había ya intentado esta medida, sin éxito, a propósito de que los usuarios de los taxirrutas reclamaron el cese del servicio, que cuesta $ 1,5 y que traslada a los usuarios hasta sus residencias, y no a una estación, como sí lo hace la aerovía.

La ATM debe responder sobre esta medida y decir si ya está solucionado el vacío en la organización de rutas en la ciudadela Abel Gilbert, donde está ubicada la estación del sistema aerosuspendido, en Durán, y responderle a los usuarios por qué no se consultó, otra vez.

Exxon ha trabajado en taxirrutas los últimos 35 años. Esa forma de movilización no está contemplada en la ley y en algún momento fue el argumento de la autoridad para retirar a los vehículos.

Para Maldonado, el reto es grande. “El servicio responde a una necesidad y la informalidad sigue aquí. Nosotros tenemos un servicio de taxi compartido que se necesita y teníamos permiso de operación. No es justo”, señala el gerente y recuerda que los taxirrutas atienden toda la madrugada.