A lo largo de la avenida Ernesto Albán, desde el sector de Las Malvinas hasta la 25 de Julio, en el sur de la ciudad, el transito vehicular es insoportable, especialmente en las horas pico.

Así lo aseguran los residentes de ciudadelas como la Morejón Almeida, del Periodista, del Maestro y la Guangala, quienes están preocupados por los continuos trancones, que han convertido a la zona en peligrosa y ruidosa.

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Aproximadamente 1,8 kilómetros, en doble sentido, afrontan este problema. Se estima que por esa vía circulan diariamente más de 10.000 vehículos, entre buses de transporte urbano, carros particulares y hasta tricimotos.

“Esta avenida es un laberinto en horas pico. Al caos vehicular se suma la proliferación de vendedores informales que se adueñan de los parterres y veredas de las urbanizaciones”, se queja Mildred Costales, residente de la ciudadela Huancavilca.

Ella pide a las autoridades de tránsito que realicen un mejor control en esta avenida caotizada. “La policía debería ejecutar más patrullajes para la tranquilidad de los residentes”, anota en tono enfático.

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A lo largo de la avenida Ernesto Albán, también hay una variedad de negocios cuyos dueños dicen padecer por el ruido diario de los automotores

Marcos Macías, dueño de un asadero, dice que los clientes prefieren llevar el pedido y no consumirlo en el local, que está inundado por el bullicio. “Necesitamos más control en esta zona”, puntualiza