La guayaquileña y directora de EcoVerde, Andrea González, también ingeniera en Medio Ambiente y representante del colectivo ambientalista Pacífico Libre, espera salvar el Bosque Seco Tropical con el exhorto que se envió el pasado 18 de abril a las autoridades. Asegura que continúa desapareciendo en razón de concesiones de minería no metálica, expansión agrícola y urbana e invasiones. Su fauna y flora se encuentra degradada a niveles críticos, agrega la ambientalista.

¿De qué se trata el exhorto que llevó ayer a través del Parlamento Andino?

Es un trabajo en conjunto entre el colectivo Pacífico Libre, que es la junta de muchas oenegés aparte de otras fundaciones y, bajo el artículo de Japu Fundación, nos basamos para decir que el mono aullador que vive en Cerro Blanco está en peligro crítico de extinción y está sufriendo una enfermedad que se llama leucismo, que no tiene nada que ver con la leucemia. El artículo científico se publicó el año pasado y se mandó a revistas extranjeras. Con base a esto podemos decirle al Parlamento Andino: ayúdennos. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza emite una declaratoria de prioridad que dice que el bosque seco tropical de la Costa, que va desde Manabí hasta Guayaquil, está en peligro crítico de extinción. En el 2020 nos jalan las orejas; Ecuador tiene menos del 2 % de su bosque seco tropical en estado original, y esto nos da la base a los activistas para pedir al Gobierno que tome acciones frente a este ecosistema, así como se toman acciones para Galápagos, el páramo, Yasuní...

¿El mono es la única especie que está en peligro de extinguirse aquí en Guayaquil?

Está la insignia de la ciudad: el papagayo de Guayaquil, ambos están en peligro crítico de extinción por la destrucción de los cerros.

¿Cuál sería la principal causa para que esto siga pasando?

El problema está en la autorización o pase de estos permisos corruptos por parte de las mineras que aseguran que en sus alrededores no hay especies en peligro de extinción.

Qué pasa con las canteras, pues otra vez los residentes de las urbanizaciones de vía a la costa salieron a protestar.

Exactamente. Lo que se busca también con este exhorto es el descontento que tienen las personas que residen al pie de las canteras, no solo por la contaminación, sino que son testigos de la destrucción de este ecosistema por el que muchas familias vinieron a vivir acá por estos servicios ecosistémicos.

¿Cuál es el siguiente paso?

Parlamento Andino lo firma, lo toma, aprueba y entregarles a las autoridades nacionales y locales, que incluye la Alcaldía, Prefectura, ministerios de Ambiente, de Energía y Minas y Gobierno Nacional, que son los cinco actores que deben ayudarnos y la idea es sentarnos a trabajar en conjunto.

Es decir, un trabajo en el que intervengan todos.

Es el primer paso. Esperamos que reciban el exhorto como es, un plan de trabajo. No se trata de figuretismo ni de política; esto no puede tener menos atención que lo que tiene el resto de desgracias que está sucediendo en el país. Se viene un Niño y va a ser peor.

¿Cuál es su opinión frente a que “se tiran la pelota” justamente entre instituciones?

Se debe a la falta de la aplicación de políticas, tanto nacionales como internacionales, que están en papeles, pero no se aplican. ¿Cual es el rol del Ministerio de Energía y Minas? Otorgar la concesión. ¿Cuál es el rol de Ambiente? Aprobar esos permisos de impacto ambiental que presentan las canteras y el Municipio emite los permisos de uso de suelo.

Entonces qué pasa ahí

Tenemos tres actores que incumplen y hablemos de corrupción, los estudios de impacto ambiental que presentan las canteras colindando con Cerro Blanco, por ejemplo, sabiendo que hay estudios científicos, que hay una población de monos aulladores, cuando lees los estudios de impacto ambiental dicen que se han encontrado cero especies. Bajo ese criterio, Municipio y Ambiente van a aprobar. No estamos en contra de la minería en general, sino la minería al pie de un ecosistema y animales e peligro crítico de extinción.

En menos de un mes entrará una nueva administración, la de Aquiles Álvarez, ¿qué retos afronta en torno al tema?

La visión en general de los colectivos y oenegés es que el trabajo para sentarse con las autoridades ha mejorado muchísimo. Hoy en día si es que la nueva administración quisiera cerrarnos las puertas sería una mala idea porque lo que se ha avanzado, en términos de cómo puede la sociedad civil apoyar el trabajo público, es enorme. Guayaquil no le debe nada a Río de Janeiro, un plan turístico puede ser llevar a alguien, así como lo llevas al Malecón 2000, a los manglares de Puerto Azul, puedan ver manglares enormes, que escuchen un mono aullador y luego te bajas a comer un ceviche, es increíble lo que podemos hacer. Es el momento, la idea es trabajar, no echarse la pelota.