La nueva titular de la Casa de la Cultura dice que hará vínculos con sectores públicos y privados para fomentar el arte y la cultura en la ciudad, a través de actividades planificadas que tengan impacto social, dejando a un lado la politización.

¿Hacia dónde se debe apuntar para empoderar a Guayaquil en el campo cultural?

Debemos tener un plan integral de comunicación para que la ciudadanía conozca todas las propuestas y procesos culturales que llevaremos como institución. Haremos cultura desde las comunidades y los barrios, para romper con ese paradigma de que la cultura es estática y que se gesta en un solo edificio.

En la ciudad faltan espacios de arte y entretenimiento, ¿cómo hacer para que este panorama cambie?

Vamos a construir una red de espacios, a través de una cartografía cultural. Esto significa que no solo tiene que haber arte dentro de los teatros, sino también en colegios y comunidades. Hay muchas instalaciones en la ciudad que no se están utilizando como: la concha acústica del parque Samanes, concha acústica del Guasmo y otros lugares que pueden servir para que haya arte por toda la ciudad.

¿Para lograr aquello se hace necesario la vinculación con instituciones públicas y privadas?

Tenemos que articularnos con instituciones como la Dirección de Cultura del Municipio, academia y colegios que tienen grandes auditorios que pueden ser facilitados de forma gratuita a nuestros artistas y gestores culturales para que puedan ejercer sus prácticas. La empresa privada servirá para generar recursos o empleos como auspiciantes o patrocinadores de los proyectos artísticos.

Muchos creen que Guayaquil carece de arte y cultura, a diferencia de otras ciudades como Quito, por ejemplo. ¿Qué cree usted?

Si algo tiene Guayaquil es su diversidad cultural. El problema es que no se le ha dado facilidades a las agrupaciones que existen, para que tengan esa visibilidad. Si el arte existe es por iniciativa privada, porque no hay una institución fuerte encargada que apoye al talento humano monetizando o remunerando su trabajo.

Pero sí se le ha dado trabajo a los artistas a través de obras de arte urbano, como el proyecto Letras Vivas...

Lo que le ha faltado a la ciudad es una planificación de las actividades artísticas. Que no se hagan eventos por hacerse. Siempre la cultura debe tener un impacto educativo, económico, social y político; pero no desde la politización, sino desde la sociabilidad y cooperativismo, que es totalmente diferente a pertenecer a un partido político.

¿Usted cree que se ha politizado la cultura y el arte en la ciudad?

Lo que puedo decir es que las competencias que debe tener un administrador cultural, tienen que estar enmarcadas en planes de desarrollo. Además, tienen que estar articulados a nivel nacional e internacional. Vamos a proponer esa planeación prospectiva en eventos que nunca antes se han dado en la ciudad.

¿Qué hace falta para salir adelante en este campo?

Nos hace falta el apoyo de una plataforma que visibilice la práctica artística y cultural de diferentes organizaciones; hacer alianzas con una red de difusión y promoción cultural para que pueda llegar a las comunidades; y apoyar el talento humano. Debemos sacarnos la idea de que el artista ecuatoriano debe presentarse gratuitamente. El trabajo del artista tiene que ser monetizado y se le debe pagar su práctica.

¿Cómo lograr que eso cambie?

Lo vamos a trabajar en conjunto, en alianza con otras organizaciones culturales, a través de un plan provincial de cultura con políticas públicas sectoriales.

¿Qué hacer para que muchos se interesen por el arte y la cultura y la apoyen?

Vamos a trabajar de la mano con el Ministerio de Educación; tenemos un plan de capacitación continua para artistas y gestores de la cultura. Iremos paso a paso, ya que primero tenemos que poner la casa en orden.

Como presidenta electa de la institución, ¿cuáles han sido sus primeras acciones?

Me estoy reuniendo con personal de la entidad para comenzar a trabajar lo más pronto posible.

¿Cuáles serán los siguientes pasos?

Una de las primeras acciones será crear la Comisión Anticorrupción de Cultura, que audite los cuatro años de administración anteriores y su propia gestión. Además, fomentaremos el empleo del sector artístico.