Los estudiantes del Conservatorio Nacional de Música Antonio Neumane hacen un llamado pacífico a las autoridades para rescatar un legado musical perdido. La antigua casa musical, ubicada en las calles Miguel Hurtado y Esmeraldas, en el centro de Guayaquil, es actualmente un edificio en ruinas, víctima del abandono y la indolencia.

Los padres de familia y otras direcciones organizaron este 31 de mayo una jornada de protestas por la recuperación de la antigua escuela, que luego de entrar a una supuesta fase de repotenciación por parte del gobierno de turno en el año 2017, cerró sus puertas hasta la actualidad.

Brigette Farfán Benítez, miembro del Comité de Guayaquileños del Conservatorio Antonio Neumane, asegura que las peticiones por la restauración del edificio no se han atendido por años: “Desde el 2017 estamos esperando una respuesta. Lamentablemente todas las solicitudes han caído en saco roto y no se ha podido avanzar”, dijo.

Más de 1.200 estudiantes han debido trasladar sus aulas a espacios reducidos, a la espera de una promesa que tocó a sus puertas para esfumarse de inmediato. Así lo afirma Natalia Salazar, una de las estudiantes de conservatorio. “Nos han cedido aulas improvisadas, que no son lo mismo que una institución. Cada vez estamos más estrechos y debemos compartir cubículos con flautistas, trompetistas, pianistas, todos sonando al unísono”, haciendo referencia a las precarias condiciones que dificultan el proceso de educación.

A las instalaciones del antiguo instituto se sumaron exestudiantes, docentes, comitivas y gremios culturales y artísticos por la defensa de una educación en artes digna. Portando carteles y al son de diversos instrumentos interpretaron los clásicos de la música universal y ecuatoriana, que claman por la atención del Gobierno y otras autoridades locales.

“Queremos hacer un llamado cordial y amistoso al presidente de la República para que en los tres meses que le queda pudiera ayudarnos en esta causa”, agrega Farfán, quien también se refirió al nuevo alcalde, Aquiles Álvarez, a la prefecta de la provincia, Marcela Aguiñaga y al gobernador, Francesco Tabacchi, en una medida desesperada para que se atiendan las peticiones.

“Buscamos en la medida de lo posible que se nos ceda, en comodato, una propiedad con todas las adecuaciones y facilidades para que nuestros jóvenes y nuestros niños puedan seguir estudiando música”, sugiere.

La exestudiante y docente del instituto, Astrid Achi, recalca la necesidad de recuperar este patrimonio cultural. “Puedo decir que todos los grandes artistas, todos los consagrados, los que tienen carreras aquí e internacionalmente, hemos pasado por el Antonio Neumane, hemos sido alumnos del conservatorio. Es inaudito que estemos todo este tiempo sin nuestra alma mater musical. Es imposible que los estudiantes sigan en esas situaciones infrahumanas artísticamente”.

Las protestas continuarán realizándose cada miércoles, desde las 14:00, en las instalaciones del histórico inmueble en el que, por más de 90 años, se han formado las carreras de cientos de ecuatorianos.