En los exteriores de la unidad educativa Eduardo Flores Torres, ubicada en la 11 y Cristóbal Colón, hay gran cantidad de basura colocada junto a un poste de alumbrado eléctrico. Esto se observó durante la mañana y tarde de este sábado 11 de marzo, a pocas horas de que el carro recolector había pasado por la zona.

Esto sucede con frecuencia, también, en las afueras de otros centros escolares de la ciudad, tanto fiscales como particulares. Sin embargo, el mal ejemplo de ello es la fachada de la unidad educativa particular Giovanni Antonio Farina, ubicada en Nicolás Segovia y la D, en el sector del Cristo del Consuelo, donde plásticos, papeles y hasta comida permanecen tirados en el suelo, especialmente los fines de semana.

Los vecinos de estas zonas reconocen que el recolector cumple con los horarios establecidos para el retiro de los desperdicios. “Lo que pasa es que acá viene mucha gente y tira todo lo que tiene. Algunos vecinos hacemos bulla para tratar de impedirlo, pero no surte efecto nuestro reclamo”, dijo un habitante que detectó el foco de contaminación.

Los residuos en los alrededores de los centros educativos son el blanco de perros, gatos y ratones que destrozan las fundas y las desparraman por todos lados, provocando contaminación.