En sus entrañas se ha impregnado el hollín por una evidente quema de cables y en el que se observa un aparente desmantelamiento sistemático de los hierros en parte de la estructura que cruza la avenida Camilo Ponce Enríquez, en el kilómetro 12 de la vía a Daule, a pocos metros de la estación de Metrobastión, en el noroeste de Guayaquil. Un puente donde    Javier, de 30 años, y Andy, de 26, descansan antes del mediodía y luego de cargar bultos en un mercado, al que llegaron tras probar suerte en una ciudad donde no encontraron las oportunidades que buscaban al dejar sus orígenes, en las provincias de Los Ríos y Manabí, respectivamente.

Mientras arman un rollito para fumar, a pocos pasos de dos viejos sillones y una hamaca que hay en el sitio, cual si fuera la sala de un hogar, pero al aire libre, ambos hombres aseguran desconocer quién se lleva los fierros que se ven cortados en los bajos del paso vehicular, pero apuntan a “muchachos que llegan y se van”.

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A unos cincuenta metros, al otro lado de la misma estructura, un hombre realizaba quehaceres domésticos en una covacha de plástico que había armado en una esquina del puente, donde, aparentemente, nadie lo molesta ni lo controla.

Lo anterior es la escena que se observa en muchos pasos vehiculares y peatonales de la ciudad, que son utilizados no solo por personas en situación de calle, chamberos, sino consumidores de sustancias sujetas a fiscalización (drogas), los que en muchos casos ocasionan daños a esas estructuras para convertirlas en su hogar.

Norma Solís, quien habita por Metrobastión, sufre de cerca esa situación. “Yo los veo todos los días. Cada vez que acumulan basura queman y hasta vienen los bomberos. Los botan, barren, echan agua, pero como no hay un control constante, ellos (chamberos) vuelven. Eso nos afecta porque apesta, es un urinario terrible”, describe la moradora.

Hace unos meses, señala que    personal de alguna entidad llegó al sitio para derrumbar una parte del puente, porque personas en situación de calle lo habían tomado para vivir.

“No sabemos de qué institución eran, pero los chamberos se metían como allá (señala el sitio donde reposa Javier y Andy), por eso lo abrieron para que no se puedan meter. El Municipio echa agua, limpia, pero como no queda uno constante, vuelven”, insiste Solís.

Y qué está haciendo el Cabildo para frenar la utilización y daño de estas estructuras que, como antecedente, ocurrió en el puente de la avenida Pedro Menéndez Gilbert, donde se registró un incendio la madrugada del 27 de abril del presente año.

Según la Dirección de Justicia y Vigilancia, la Dirección de Obras Públicas y Dirección de Salud han detectado diez puentes, tanto peatonal como vehicular, donde se encuentran a personas en condición de drogas.

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Entre los pasos peatonales mencionan al de laterminal terrestre, del Colegio 28 de Mayo, parada de la Metrovía Aviación Civil Oeste, parada de la Metrovía Centro de Convenciones Este y el puente que conecta Metrobastión con Montebello.

También constan los puentes vehiculares de las avenidas de las Américas, Pedro Menéndez Gilbert,    Velasco Ibarra, Av. Barcelona y 25 de Julio, en el sur.

La    Dirección de Obras Públicas, a través de la Subdirección de Obras por Administración Directa, detalla que realiza trabajos de mantenimiento de los referidos puentes vehiculares, de forma anual. Los mismos que consisten en: pintura, resane de paredes, limpieza, entre otros, con la finalidad de reparar los daños ocasionados de forma constante por personas en situaciones de calle.

“La ejecución de dichos trabajos en los puentes vehiculares, citados en la presente nota, tiene un costo aproximado anual de 60.000 dólares”, precisa la entidad.

Y, ¿qué acciones está tomando la Alcaldía para evitar que más estructuras de esta naturaleza sean utilizadas y afectadas?

Según explican, desde la Dirección de Justicia y Vigilancia se realizan operativos por las diferentes zonas de la ciudad, con intervenciones diarias dentro del ámbito de sus competencias de control, espacios públicos y regenerados, como es en el caso de este tipo de estructuras municipales, “en los cuales, conjuntamente con otras direcciones nos enfocamos en socializar con estos grupos vulnerables su no permanencia en estos sitios, así como desalojar estos lugares para mantener el buen ornato en la cuidad”.

¿Y qué destino tienen o a dónde son trasladadas las personas halladas dentro de estas estructuras?

El Municipio señala que cuando se efectúa una intervención se realiza una evaluación médica para determinar si estas personas tienen algún problema de salud, al detectarse esto, son trasladados al Hospital Municipal Bicentenario para recibir la atención médica y medicación. Tras el alta médica, “ellos podrán ser trasladados a una casa de acogida o albergue por parte de las instituciones pertinentes”, aseguran. Algo que no ha ocurrido con Andy ni Javier, quienes dicen que duermen afuera de la Metrovía, igual que otras personas en similar situación

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