Retórica, vacía, demagógica, peligrosa. Así califican abogados, médicos y consumidores de sustancias psicotrópicas y estupefacientes a la propuesta municipal que busca eliminar la tabla de drogas.

La intención fue incluida    dentro del Proyecto de Ley Orgánica por la Vida y la Protección Ciudadana, que envió la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, al presidente Guillermo Lasso. Una iniciativa legislativa de su autoría, destinada a coadyuvar en el esfuerzo nacional por restablecer la seguridad pública en el Ecuador y en Guayaquil, particularmente, según reza la carta que se adjuntó al plan.

En el punto 1 se propone la reforma del artículo 220 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que hace referencia a las sanciones acorde a las escalas establecidas en la tabla de drogas. La propuesta va encaminada a que: “La tenencia o posesión de sustancias estupefacientes o psicotrópicas para uso o consumo personal no será punible. En cada caso, la condición de consumidor se establecerá de acuerdo a su nivel (de) tolerancia mediante peritajes especializados ordenados por el juez”. Además, se propone la derogatoria de todos los artículos que hacen mención a la tabla que establece escalas de: mínimo, mediana, alta y gran escala de sustancias estupefacientes y psicotrópicas. La propuesta contiene 6 artículos, 2 disposiciones reformatorias, 4 disposiciones derogatorias, una transitoria y una final. Reforma varios cuerpos legales entre ellos el COIP, la Ley Orgánica de Prevención Integral del Fenómeno Socio Económico de las Drogas y la Regulación y Control del Uso de Sustancias Catalogadas Sujetas a Fiscalización y la Ley Orgánica de Movilidad Humana.

El abogado Julio César Cueva, experto en Derecho Penal y Constitucional, opina que la eliminación de la tabla de consumo es una oferta demagógica de varios actores políticos, desde la última campaña electoral. “No existe una tabla de consumo en los términos en que se le ha “vendido” a la ciudadanía la idea que la “tabla” es la “culpable” del crecimiento de las adicciones. ¡Nada más falso! La gente se droga con o sin tabla”, señala el jurista.

De allí que, eliminar la tabla imposibilitaría que los jueces a la hora de imponer pena puedan actuar proporcionalmente a la cantidad encontrada, pues cada sustancia sujeta a fiscalización es diferente en su toxicidad y en consecuencia al daño que causa a la salud pública.

“Un gramo de marihuana no es lo mismo que un gramo de cocaína o heroína, pues el nivel de toxicidad de cada una es diferente. Sin tabla para imponer la graduación y proporcionalidad de penas (constitucionalmente exigida) redundará en condenas más bajas a grandes alijos de droga”, explica Cueva.

Recalca que el problema no es la tabla, sin la falta de una correcta política en salud mental. Para ello, considera que se requiere una Ley Orgánica de Salud Mental que, por ejemplo, disponga que los centros de lucha contra la adicción se financien con los dineros incautados al narcotráfico, entre otras cosas.

“El problema de las drogas es un tema que nace del hogar, un problema de educación, un problema social. Eliminar la tabla no va a cambiar absolutamente en nada el asunto del delito y la adicción”, sostiene el fiscal César Peña Morán. Explica que la tabla está para regular una pena o sanción: “A mayor cantidad, mayor pena; media cantidad, media pena;mínima cantidad, mínima pena”, detalla al resaltar el artículo 364 de la Constitución, que señala los problemas de adicción.

Coincide con Cueva en que faltan políticas públicas claras por parte del Estado a fin de que puedan establecer clínicas estatales para jóvenes, niños y adolescentes con problemas de adicción, para ir erradicando el consumo. Asimismo, la implementación de políticas de seguridad internas y externas, puertos y aeropuertos, fronteras para el tema de tráfico a gran escala, que es lo que está afectando a la seguridad en nuestro país.

“Si quieren un consenso mayoritario, debemos reforzar el artículo 364    para poder blindar a los verdaderos enfermos en consumo de tabaco, alcohol y drogas, porque si abolimos la tabla en qué situación legal quedan los chicos que tienen esa enfermedad, qué consumen y para eso tienen que adquirirlas, tenemos que estar atentos a esta situación”, advierte el doctor Rómulo Bermeo, quien, desde hace cuatro años lleva adelante un programa de fortalecimiento de valores y desarrollo personal, orientado al control del uso indebido de psicotrópicos; además de rescate de consumidores en la calle.

Bermeo considera que la abolición de la tabla aumentaría, más bien, la delincuencia, “porque ya se convertiría en delito y va aumentar la población en las cárceles”. Propone que se debe además reforzar el control en las calles para que no se permita el consumo en las vías o en cualquier lugar de la ciudad, donde    a vista y paciencia de todos se observan a jóvenes consumiendo la llamada H, la plopló, la perica. En síntesis, insiste en ese refuerzo del 364 para “evitar que muchos chicos que tienen esa enfermedad vayan a parar con sus huesos a la cárcel, en lugar de estar en una unidad de salud”.

Manuel, quien consume marihuana, cree que se está perdiendo otra vez la oportunidad de abordar el problema con coherencia. “Desde mi punto de vista, no aporta nada esa propuesta, solo es retórica, vacía. Es un texto muy genérico en el que no se precisa cómo, tras eliminar las tablas, se va a diferenciar al consumidor del traficante, que es el gran problema porque los microtraficantes se escudan en la tabla para decir que son consumidores”. Para él, la que se debe combatir “con saña” es la H porque “es una bomba” que vuelve al adicto dependiente físicamente.