Los baches se han convertido en un permanente dolor de cabeza que padecen tanto peatones como conductores que circulan por diferentes sectores de Guayaquil. Y en la parroquia Pascuales el escenario es el mismo. Recorrer algunas de sus arterias principales significa rehuir de los huecos y, cuando esto no se logra, solo queda la resignación de soportar los fuertes golpes producto del impacto contra el suelo.

Diario EXPRESO realizó un recorrido por distintas zonas de la parroquia y evidenció un mayor desgaste a lo largo de calles como 28 de Agosto (principal vía de ingreso), Salitre, Cayambe y Flavio Alfaro. Los moradores aledaños afirman que esta problemática también afecta a los conductores de las tricimotos, ya que lamentan que más de uno de estos vehículos se ha caído en los hoyos.

“Este asfalto ya tiene muchos años y cada cierto periodo se ve lo mismo: tapan los baches, llueve y vuelven aparecer. Exigimos un trabajo integral en todo Pascuales y que haya más calles pavimentadas”, exclama Alberto Díaz, residente de hace 45 años y cuya vivienda se levanta en la calle Cayambe, a escasos metros del Cementerio Municipal de esta parroquia, en la que habitan más de 74.000 personas.

El conductor Manuel López concuerda con Díaz y argumenta que el daño de la calzada obedece a que cada vez hay más camiones, buses y otros carros pesados que circulan por esta ruta, por lo que sugiere una intervención inmediata y ordenamiento del tránsito. “Todavía están a tiempo para que las otras vías transversales no se conviertan en cráteres”, dijo.

Una escena similar se observa en las inmediaciones del Mercado Municipal, en la calle Calceta y Joya de los Sachas. Allí hay un socavón desde hace más de un año que ocupa casi uno de los carriles de la transitada arteria. Para evitar caer en el voluminoso hoyo, moradores como Patricia Freile se han visto empujados a tener que rellenarlo con piedras y materiales de construcción.

Ella está cansada de que pasen los meses y las cuadrillas municipales no aparezcan en esta zona, al igual que los otros puntos antes mencionados, por lo que mantiene la esperanza de que pronto llegarán. Esto, luego de conocer que el Cabildo destinará este año 123 millones de dólares para resolver esta problemática. “No es justo que uno como morador tenga que hacer estos esfuerzos, por eso queremos ser escuchados”, acotó la moradora.

Frente a esta situación, Xiomar Veloz, subdirectora de Obras por Administración Directa del Municipio, aseguró a EXPRESO que dentro de las 68 intervenciones con diversos frentes de trabajo, en calles y vías de la ciudad, sí se contempla a Pascuales, y los trabajos se iniciarán durante la primera semana de mayo con equipo y personal municipal.

La intervención será, añadió, progresiva y contempla bacheo, reposición de carpeta asfáltica y sustitución de pavimento rígido. “En ese sentido, la inversión va acorde a la planificación”. Lo que la funcionaria no detalló en su respuesta es cuáles serían las primeras zonas a ser intervenidas.

Pero a los habitante no solo les molesta que sus arterias acumulen baches, sino también que todavía hayan sectores con falta de sumideros y que, al caer la lluvia, las calles se conviertan en piscinas. Aquel panorama se evidenció el pasado 18 de marzo precisamente en la mayoría de calles con baches y grietas como Joya de los Sachas, Flavio Alfaro o Guamote, como lo publicó este Diario.

Sobre este caso, Veloz, indicó que la Empresa Pública de Agua Potable (Emapag) trabaja en un “plan piloto” para la construcción y el mejoramiento de los sumideros de aguas lluvias a realizarse en la “avenida Joya de los Sachas, entre la vía a Daule y la avenida Francisco de Orellana”.

Pero esta respuesta no la comparten los moradores de las otras calles señaladas que temen que nuevamente sus zonas queden anegadas. Así opina Leila Pachay, residente de la avenida Salitre y que en los últimos aguaceros ha tenido problemas por esta situación.

“En cada invierno experimentamos el mismo mal y a esto hay que añadir los malos olores que se dan a diario porque las alcantarillas están tapadas. Las autoridades deben mirar hacia este punto de la urbe”, explicó la joven que construyó un pequeño muro en su portal como barrera para que el agua no ingrese a su vivienda.