A sus 14 años, Scarlett Valero vivió los peores momentos que, hasta entonces, ha tenido junto con su familia. Una leve fiebre reveló algo que en silencio crecía en su cuerpo, lo que la llevó a ser operada con urgencia para retirar unos quistes, cuya biopsia salió positiva para cáncer de ovarios. A esa edad tuvo que enfrentar quimioterapias en ocho ciclos de tratamiento. El hospital se convirtió en su ‘casa’ durante cuatro a cinco años, y donde a diario debió hacerse exámenes para controlar la enfermedad, pues otros quistes comprometían el otro ovario. Once años después, la joven, ahora de 25 años, cuenta esa experiencia con una amplia sonrisa en sus labios.

“Desde ese tiempo me hago exámenes cada año y he estado muy bien, muy sana, gracias a Dios”, dice agradecida con el primer médico que la vio en el Hospital de Niños Francisco de Icaza Bustamante, quien detectó a tiempo el tumor y actuó con rapidez. Es lo que médicos de esa casa de salud buscan hacer y lo enfatizan en septiembre, el Mes de Concientización del Cáncer Infantil, el cual persiste como la principal causa de muerte por enfermedad en niños menores de 14 años.

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En el Ecuador se diagnostican alrededor de mil casos nuevos de cáncer en pacientes de 0 a 19 años de edad (niños y adolescentes). De esos pacientes, la mayoría son leucemia, pero también se presentan tumores en el sistema nervioso central,    linfomas, tumores venales, entre otros, detalla la oncóloga pediatra Doris Calle, responsable del Servicio de Onco-hematología del hospital Icaza Bustamante, de Guayaquil, quien ha visto de cerca esos casos.

“En los cánceres más frecuentes son la leucemia, tenemos pico de edad alrededor de 4 a 5 años, grupos más frecuentes; pero también tenemos otros cánceres que se pueden dar en la adolescencia. Los pacientes que tenemos actualmente, gracias a la gratuidad en la salud, ya vienen con síntomas iniciales -en su mayoría-. Hace muchos años y cuando empecé la carrera aquí veía    niños con tumores más grandes, con enfermedades oncológicas    ya avanzadas, ahora eso ha disminuido”, cuenta la especialista al detallar que llegan pacientes no solo de Guayas, sino de otras provincias como: Los Ríos, Manabí, El Oro, Esmeraldas, Cotopaxi; pero las poblaciones que más concentran son de Santa Elena, Los Ríos, El Oro y Guayas.

Entre los factores de riesgo se consideran los genéticos, pero también el tabaquismo, la drogadicción en la pareja, o en términos de preconcepción como las radiaciones que, en conjunto, pueden influenciar en que el niño presente una patología, explica la oncóloga.

La doctora María José Agusto, gerente general del hospital Icaza Bustamante, indica que frente a esas causas variadas, como Ministerio de Salud Pública y Gobierno se han desarrollado estrategias en los centros de salud, lo que ha permitido diagnosticar de manera temprana las patologías de los carcinomas infantiles.

También se han desarrollado estrategias que apuntan hacia uno de los factores que pueden incidir dentro del aparecimiento del cáncer, que es la desnutrición infantil. “Es una estrategia gubernamental que ya se convierte en una política de Estado y esto, a su vez, está siendo reforzado... se está creando el Registro Único como país de todas las    patologías ligadas al cáncer infantil a través de una estrategia internacional, que nos permite la detección temprana, lo que va a lograr disminuir el dolor de la enfermedad e inclusive los costos de tratamiento...”, revela la funcionaria.

De allí que invita a la población en general a acudir de manera inmediata al centro de salud más cercano para que se lo pueda guiar en todo el procedimiento que se debe de realizar en el menor de edad, ante signos y síntomas de alarma como: hinchazón, moretones dentro de la piel, fatiga, letargia dentro de actividades cotidianas; o, manchitas blancas a nivel del ojo, estreñimientos en la constipación, dolores de cabeza que despiertan al niño en la noche y que no calman, o ‘las bolitas’, que pueden ser ganglios inflamados, añade Doris Calle, quien pide además a los padres no abandonar los controles y tratamientos de sus hijos.

Algo que no hizo Tania con su hija Dania, de 10 años. Cuando tenía 4 años le detectaron cáncer de médula tras presentar moretones en la piel, cansancio, vómito y fiebre. Durante tres años se sometió a quimioterapia, pero    finalmente recibió trasplante de médula, cuyo donador fue su progenitor, tras una derivación a la clínica Navarra de España, donde permaneció más de diez meses.

Actualmente, Dania asiste a consultas para control y su vida se desarrolla con normalidad. Tras su experiencia envía un mensaje a los niños: “Dios los proteja y sepan que sí se pueden curar con la bendición de Dios”.

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